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 domingo, 13 de noviembre de 2005  
La red del miedo. Este año el grupo creado por Bin Laden volvió a golpear en Europa, Indonesia y Medio Oriente
El resurgimiento de Al Qaeda, la máquina del terror
Lejos de haber perdido su poderío, la organización se diversifica y posee células en unos 100 países

Este año el nombre de Al Qaeda resurgió con fuerza. Estuvo detrás de los mortales atentados del 7 de julio en Londres, de los ataques suicidas en Bali en octubre, de las recientes explosiones en los hoteles de Jordania y de los incontables y sangrientos atentados en Irak. Si bien ya no registra en su haber golpes tan espectaculares como los de septiembre del 2001 en Nueva York, Al Qaeda está lejos de haber perdido su poderío. El fantasma de su presencia es permanente y se ha convertido en un laberinto cada vez más complejo e inaprensible. La red engendrada por Osama Bin Laden también se transformó en los últimos años en un nombre propio del terrorismo, que ya se repite casi automáticamente como una etiqueta comercial o mediática, y en ese camino parecen haberse perdido desde la historia de sus orígenes hasta sus máximos objetivos.

Al Qaeda (o, más correctamente, Qaida), significa en árabe "la base". También es conocida o está conectada con organizaciones de nombres menos escuetos: Ejército Islámico para la Liberación de los Santos Lugares ó Frente Islámico Mundial por la Yijad contra los Judíos y Cruzados.

Los líderes de la organización son asimismo líderes en otras formaciones terroristas "incluyendo algunas designadas como terroristas por el Departamento de Estado, como las egipcias Al Gama al Islamiya y Al Yijad", según señala la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS, por sus siglas en inglés).

La organización busca la radicalización de los grupos islámicos ya existentes y su creación allí donde no los hay. Apoya a los milicianos islámicos no sólo en Irak y Afganistán sino también en Bosnia, Somalia, Tayiskistán, Yemen y Kosovo. Además entrena a los miembros de otras organizaciones terroristas de Filipinas, Argelia y Eritrea, asegura la FAS. También se sospecha que Al Qaeda tiene vínculos en Sudamérica. Más allá de la ubicación de su liderazgo, el grupo posee células en unos 100 países, incluidos EEUU y Gran Bretaña.

Su objetivo último es unir a los musulmanes bajo un solo Estado y restablecer el Califato. Bin Laden ha dicho que la única manera para lograr este objetivo es el uso de la fuerza, y por esa vía deberán derrocarse los gobiernos de los países árabes e islámicos, vistos como corruptos, y eventualmente abolir los límites nacionales (por esto es completamente ingenuo, en el caso de Irak, caracterizar a los terroristas de Al Zarqawi como "resistencia iraquí".)


El deber de asesinar
En un documento de febrero de 1998, Al Qaeda afirmó que es un deber de los musulmanes asesinar a ciudadanos estadounidenses -civiles o militares- así como a sus aliados. La red no siempre actúa de manera directa, ni mucho menos. Es el caso de dos de los muchos atentados que se le atribuyen: los del 12 de mayo de 2003 en Casablanca, Marruecos, donde dio apoyo a una organización terrorista local, y el que destruyó el hotel Marriot de Yakarta, Indonesia, el 5 de agosto del mismo año.

Los documentos del grupo evidencian un fuerte deseo de hacerse de armas biológicas, nucleares y químicas. En el capítulo 12 de un manual de entrenamiento dado a conocer por el Departamento de Justicia de EEUU, Osama afirma que posee armas nucleares. "Tenemos armas químicas y nucleares como disuasivo y si EEUU las usa contra nosotros, nos reservamos el derecho de represalia", afirma.

Los blancos predilectos de Al Qaeda son símbolos de Estados Unidos, como embajadas y edificios emblemáticos. Según el ex director de la CIA, George Tenet, "la organización está dando creciente énfasis en usar grupos subrrogantes detrás de los que esconde su identidad. Por ejemplo, la Yijad Islámica Egipcia está fuertemente ligada a Al Qaeda y tiene operativos ubicados en Europa, Yemen, Pakistán, Líbano y Afganistán". De esta forma, agrega Tenet, se ha formado una "intrincada red de alianzas entre extremistas a lo largo del mundo, incluyendo norafricanos, palestinos, paquistaníes y asiáticos centrales. Algunos de estos terroristas están esponsorizados por gobiernos nacionales que albergan una gran hostilidad hacia EEUU", explicó.
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"Osama, héroe número uno del mundo", reza una pancarta paquistaní.

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