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 domingo, 13 de noviembre de 2005  
Balance. A un año del mayor encuentro internacional
La Rosario que dejó el Congreso de la Lengua
Un grupo de personalidades ligadas al acontecimiento revisa las huellas que dejó en la ciudad y su gente

Laura Vilche y Silvina Dezorzi / La Capital

Hace un año atrás Rosario se mostraba expectante y remozada para uno de los acontecimientos culturales más importantes del mundo. La concreción del III Congreso Internacional de la Lengua Española pasó y su primer aniversario es una buena oportunidad para hacer un balance sobre sus efectos en la ciudad y en la gente. Entre el 17 y el 19 de noviembre del 2004 pasaron por Rosario los reyes de España, gobernantes de Iberoamérica, destacados lingüistas y escritores -como Carlos Fuentes, Héctor Tizón, José Saramago y Ernesto Sábato-, cientos de periodistas de habla hispana y el propio presidente de la Nación, Néstor Kirchner. La ciudad entera vivió una fiesta, adentro y afuera del congreso, y la mayor perspectiva en el tiempo ayuda a rescatarla como la culminación del esfuerzo realizado. Para analizar los ecos de uno de los encuentros internacionales más importantes en la historia de Rosario, La Capital consultó a un grupo de personalidades. Las obras que quedaron, el impacto turístico, el orgullo ciudadano, la participación, y el mancomunado esfuerzo público y privado fueron algunos de los ejes que se resaltaron doce meses después. También hubo otras voces: las de los chicos en el llamado Congresito y las que defendieron la pluralidad expresiva en el Congreso de laS LenguaS. Una mirada en el tiempo que hasta puede ayudar a desentrañar la construcción de la identidad de los rosarinos.


"La ciudad se convirtió en noticia"
Rafael Ielpi, director del Centro Cultural Bernardino Rivadavia.

"El Congreso de la Lengua no fue detonante de nada, allí no nació la cultura ni la posibilidad creativa de los rosarinos; pero sí fue un estímulo que convirtió a la ciudad en noticia en el mundo hispanohablante. Un montón de gente nos pudo conocer más de cerca, porque si bien muchos conocían Rosario a través de Lucio Fontana, el Gato Barbieri o Antonio Berni, no sabían qué cosas había aquí, cómo era el lugar y el común de su gente. Por tres días estuvimos en todas las pantallas y eso significó mucha responsabilidad, pero también un gran estímulo. Lo más relevante fue que el evento, por su trascendencia y connotaciones, logró movilizar al tándem oficial y privado a la par. La venida de tantas personalidades obligó a buscar una buena imagen institucional. Este encuentro fue un salto muy positivo para los rosarinos. La ciudad se embelleció y vivió un gran sacudón cultural. Fueron días muy saludables para la ciudad".


"El congreso es la marca de Rosario"
Marcelo Romeu, director municipal de Relaciones Internacionales y representante ante la comisión organizadora nacional.

"Los efectos del congreso para la ciudad tienen múltiples planos. Básicamente, las ciudades están asociadas a una marca y en el plano internacional Rosario ha quedado asociada positivamente a la marca del Congreso de la Lengua. Hay otras cosas por las que ya es reconocida, como haber sido la cuna del Che o donde se formó Lucio Fontana, pero para muchas ciudades que no nos conocían la marca inequívoca de Rosario hoy es el Congreso de la Lengua, algo que compruebo al frente de Relaciones Internacionales una y otra vez. Y eso es algo muy bueno: te sentás a dialogar con otras ciudades ya desde ese umbral y con esa experiencia. En lo interno, por un lado, ayudó a elevar intensamente la autoestima, y por el otro, quienes trabajamos en gestión cultural pudimos ver cómo el ámbito privado se convenció de que valía la pena hacer esta inversión cultural. Hoy existen foros de empresarios que trabajan por la cultura y hay empresas que establecen su marca asociadas a eventos culturales. El congreso dejó claro que la actividad cultural es importante para dar sentido a la vida de los rosarinos y es una oportunidad para generar una economía dinámica a partir del atractivo que hacia afuera representa la ciudad".


"Fue como la frutilla del postre"
Ariel Secondo, cientista político especializado en marketing estratégico.

"El Congreso de la Lengua dejó obras y un buen posicionamiento de Rosario por su exposición mediática. Quizás fue más acotado para el gran público por la vorágine mediática internacional, pero ante cierto tipo de público, con más formación y relación con la cultura, Rosario quedó bien parada y algunas instituciones siguen estrechando relaciones que le hacen bien a la ciudad. Pero donde se nota más el impacto es entre los propios rosarinos, en su visión de sí mismos. A partir del Congreso y de otras cosas, como obras arquitectónicas y estructurales, sobre todo la clase media empezó a percibir a la ciudad con otros ojos. En esa mirada, el congreso fue como la frutilla del postre. Los rosarinos empiezan a confiar en sí mismos después de 15 años muy devaluados, ya que por su tejido productivo, Rosario y Mar del Plata fueron las zonas más golpeadas del país por la brutal desindustrialización de los 90. Por años se vio una gran diferencia entre Córdoba y Rosario: los cordobeses tenían una autoestima mucho más alta. Y con el congreso, los rosarinos toman conciencia de que su ciudad da, está linda, tiene gente inteligente, que hay capacidad de hacer cosas, atraer actividades de vuelo internacional y organizarlas bien".


"Hubo ponencias extraordinarias"
Angélica Gorodischer, escritora.

"Ya lo dije en los días previos al Congreso: a mí me gustan los congresos de ferreteros, escribanos, tacheros y también de literatos. Siempre me gustó este tipo de encuentros, me parecen positivos. Quedaron muchas cosas: ponencias regulares, buenas y extraordinarias como la de Carlos Fuentes. Además quedó una edición preciosa de "El Quijote". Por esos días todos parecíamos compartir un mismo tema; todos hablaban del congreso, a favor o en contra, pero hablaban con entusiasmo. Eso quedó reflejado también en la arquitectura de la ciudad, la gente comenzó a mirar sus calles con otros ojos. Ayer mismo viajé varias cuadras con un taxista hablando de las cúpulas de los edificios. Eso quedó, un sentido de identidad, algo que justamente da el lenguaje; porque eso es lo bueno del idioma, no sólo comunica, nos da identidad, nos clasifica como seres humanos, nada menos".


"Ayudó a instalar en tema, en plural"
Rodolfo Hachen, organizador del Congreso de laS LenguaS.

"Nacional e internacionalmente ayudó a instalar el tema de las lenguas, en plural. En Barcelona, por ejemplo, hoy se trabaja en relación a ese plural y también en Italia se tomó el congreso como uno de los acontecimientos sociales de mayor trascendencia. Y se va a editar un libro con eso. A nivel nacional, con las conclusiones del congreso se logró que la provincia aprobara la modalidad de educación aborigen, que estuvo 11 años parada. De hecho había cinco escuelas, dos de ellas en Rosario, que funcionaban con una currícula clandestina. Después del congreso y varios encuentros con Educación, de llevarles los reclamos de los pueblos originarios, quedó instalado como un tema fundamental. También hicimos encuentros regionales, uno en Bermejito (Chaco) con docentes aborígenes de Santa Fe, Chaco, Misiones y Formosa, y vamos a replicarlos en Salta y en el sur. Además, estamos armando un libro para las escuelas con población aborigen y organizando el II Congreso de las Lenguas para 2006".


"Ahora viene un nuevo congresito"
Chiqui González. Directora de la Isla de los Inventos.

"Por ser reconocida nacional e internacionalmente, tras el Congreso a la ciudad le quedó una gran autoestima, un nuevo sentimiento rosarino. Se comprobó que Rosario puede realizar, y bien, un evento de tamañas características y muchas actividades paralelas. Y la organización del Congresito, una experiencia que emocionó por la gran participación de los chicos y la calidad de sus mensajes, nos lleva a organizar un nuevo encuentro: el Congreso Pedagógico para Niños, entre mayo y junio del año que viene, en la Isla de los Inventos. Unos cinco mil chicos serán convocados esta vez para hablar de la educación que quieren recibir por parte de sus padres, maestros, los medios de comunicación y toda la sociedad. Pero además, tras el Congresito quedó un diccionario urbano que vamos a editar con todas las frases y reflexiones de los niños, porque allí ellos demostraron que pueden decir cosas importantes. Y otra cosa positiva es la reflexión educativa que ha provocado el Congreso. Recorro muchas escuelas y creo que impulsó un rescate por la palabra y el estudio del idioma. Para quienes trabajamos con los chicos desde el municipio, la labor con las palabras continuó todo este año. Quien tenga dudas que venga a ver la Muestra de las Palabras de la Isla de los Inventos".


"Nos quedó el orgullo ciudadano"
Susana Dezorzi, directora del Centro Cultural Parque España.

"Lo mejor que quedó del congreso es un aspecto intangible: el orgullo ciudadano. Porque el saldo de las mejoras urbanísticas y edilicias es muy positivo, pero no hay que olvidarse de la participación popular que generó el congreso. No sé si el hecho de que muchas personas fueran a ver a Saramago nos convierte en una ciudad más lectora o más crítica de lo literario. Tampoco sé si eso es lo fundamental. Digo que la participación de la gente en un encuentro tan importante dio cuenta del orgullo ciudadano, algo que se viene trabajando desde hace tiempo. El congreso fue una construcción y se trabajó mucho, no surgió mágicamente. Y si no fuera porque ya se había construido un cierto orgullo por la ciudad, ni se hubiera peleado la posibilidad de que Rosario fuera la sede; posiblemente se habría organizado en Buenos Aires. Los rosarinos superamos el complejo de no tener fundadores y estamos aprendiendo a fundarnos a nosotros mismos. Se reforzó la conciencia de Rosario, una conciencia identitaria. Ojalá nos sirva ese orgullo para rever posiciones y ser cada vez mejores ciudadanos".


"Rosario mejoró su producto turístico"
Juan Nyffenegger, director del Ente Turístico Rosario (Etur).

"Hay que destacar que previo al congreso hubo una profunda concientización de la ciudad y del gobierno en preparar un evento de alta envergadura. El congreso tuvo personalidad y así lo dijo García de la Concha cuando recordó en el cierre a los dos encuentros previos, el de Zacatecas y Valladolid. Allí habló del "espíritu del congreso de Rosario", al referirse a la participación popular y la trascendencia. En materia turística se mejoraron los frentes, fachadas y las señalizaciones, se recuperaron el teatro El Círculo y el Museo Histórico, y encima, por esos días, se abrieron los dos shoppings. El congreso no fue sólo bueno para la ciudad por todo lo que se hizo, sino por todo lo que quedó a futuro, para los ciudadanos y el visitante. Y algo más, la gente comenzó a pensar a Rosario como ciudad turística y en ese sentido cambió su perfil. Ahora el contacto con el turista es permanente, eso se ve en los paseos, shoppings, bares, peatonales y se plasma abiertamente en la Feria de Colectividades, la fiesta de la ciudad más visitada por gente del todo el país. La ciudad como producto turístico mejoró mucho. El congreso le ha dado a Rosario un posicionamiento nacional e internacional, por ejemplo, en la Feria de Turismo de Madrid se multiplicaron las preguntas sobre nuestra ciudad. Siguen los ecos tras el congreso, que sin dudas sirve como carta de presentación de ahora en más".


"Los académicos perdimos una gran oportunidad"
Nora Mujica, doctora en letras de la UNR.

"Este congreso fue importante y tuvo muchas repercusiones; la ciudad se vio preocupada por aspectos de la cultura y eso es siempre muy positivo para lo local, el entorno y los visitantes. Pero creo que los académicos hemos perdido una gran oportunidad. Porque en nuestro campo los cambios pasan por las instituciones que en estas oportunidades pueden hacer convenios y tender redes para la investigación del lenguaje, pero nada de eso se hizo. Vemos por estos días que hubo avances con las certificaciones del español como lengua extranjera que acreditará el Instituto Cervantes, pero a mí me hubiera gustado que quedaran rastros del congreso en la Universidad Nacional de Rosario. Aclaro que yo participé en un panel junto a otros lingüistas y críticos literarios, pero no como representante de la UNR. Me hubiera gustado que se nos convocara a los académicos de la ciudad, que realizáramos un intercambio, que nos preguntaran qué estábamos investigando y que nosotros pudiéramos ver, a la vez, si nuestros trabajos son de interés. Pero nada de eso pasó. Es más, me he enterado de que en Valladolid se está trabajando sobre el español en América, y me pregunto si hubo alguna convocatoria para académicos argentinos. Creo que no. Todo esto no se hace del día a la noche, requiere de una organización previa".
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Uno de los paneles que debatieron en El Círculo.

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