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 domingo, 30 de octubre de 2005  
Historias de la noche. Prostitución VIP, otra forma de acceder a las mieles deldinero y a un buen estándar de vida
Las chicas que entregan su cuerpo para alcanzar el máximo nivel social
Cobran hasta 5 mil pesos por mes. Saben idiomas, son universitarias y no se conforman con poco sueldo

Pablo Procopio / La Capital

Su estándar de vida es superior a la media nacional. Viajan, tienen departamentos propios, un nivel intelectual que les permite mezclarse en los más diversos ambientes y animarse a opinar también sobre los temas más variados. No en vano suelen ser presentadas como acompañantes en cenas y reuniones de empresarios y profesionales donde su realidad es un secreto a voces. Su doble vida oculta no las amedrenta si pretenden conseguir lo que quieren. La nueva tendencia de la prostitución rosarina.

Quizás, las chicas VIP sean una consecuencia del auge general o el crecimiento económico que vive la ciudad, o probablemente todo lo contrario. Aunque, en rigor, son un eslabón de una cadena que contempla ambas situaciones. Es cierto que hay clientes con suficiente dinero para pagarles, pero también es verdad que para ellas, tal como afirman, existen pocas posibilidades de lograr un alto nivel económico.

Se trata de las llamadas trabajadoras sexuales que, sin embargo, no representan a la mayoría. Contra todos los pronósticos, son cultas y tienen modales refinados. Leen, se informan, cursan estudios terciarios, no faltan al gimnasio, tienen sus propios emprendimientos comerciales, se defienden en varios idiomas y llegan a ganar entre tres mil y cinco mil pesos mensuales.

Natalie cumplió 26 años y está en 3eraño de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, según cuenta. De todos modos, ninguno de sus compañeros sabe nada de su otra actividad.

Asiste a clases en distintos horarios, por lo que no tiene demasiados inconvenientes en recibir a sus clientes en una casa céntrica (donde trabaja con otras chicas) a la que llama agencia. "Me dedico a todo sin problemas", le dice en voz baja a La Capital.

"¿Qué es todo?", pregunta este diario. La respuesta de Natalie sorprende. Es que, además, hace una tercera actividad. Sí, trabaja en una conocida boutique donde aplica su sensualidad para vender ropa.

-Sos la mujer orquesta.

-Lo que pasa es que a esta altura de la vida cuando una tiene un hijo (de seis años al que mantiene sola) no piensa únicamente en sí misma.

Natalie sueña con ser médica. "Me encanta la medicina", responde ante la demanda de este diario sabedora de lo que cuesta seguir la carrera y criar un nene.

Aun así no relega sus gustos y preferencias. "Bailo árabe", sigue sorprendiendo. Un modo de mantenerse en forma y, de vez en cuando, obtener algunos pesos más. "No siempre lo hago, pero cuando me llaman voy; si algo te gusta mucho no te lo olvidás", dice con referencia a las técnicas de la danza.

-¿Te hacés tiempo para los clientes?

-Sólo cuando estoy dentro de la agencia (risas).

La joven rosarina sabe inglés y francés, armas que le permiten sacar aún más provecho de su profesión. En efecto, cuidan su presencia como auténticas figuras del cine.

No obstante, eso no es directamente proporcional al perfil de sus clientes. Si bien en ocasiones son hombres con altos cargos y un elevado poder adquisitivo, en otras tantas no. "Hay de todo, alto, bajo, medio", remarca. Con gente así se encuentra todos los días, de lunes a viernes, entre las 8.30 y las 17 en la casa donde trabaja, un antiguo pero reciclado inmueble estratégicamente ubicado entre el río y los bulevares.

Ahí también, entre las esperas, lee los textos que alguna cátedra le demanda. Da la sensación de que su profesión puede ser flexible en función de que en ciertas oportunidades se reúne (en horas de trabajo) con sus compañeros de la facu. "Me doy un baño y voy", asevera.

Yessica (también de 26 años) nació en Bigand y hace unos cinco ejerce como chica VIP. Invierte su dinero "en ser más bella", confiesa. Claro, eso le sirve para atraer la mayor cantidad de clientes posible. "Si sos gorda no te va a tomar nadie", subraya. Una mujer que vende su cuerpo lo sabe bien. Como también sabe que en ese ambiente hay mucha competencia.

"No cualquiera puede tener acceso a este lugar", indica en torno a la agencia donde recibe a quienes buscan relax sexual. A muchas chicas les gustaría trabajar allí, pero deben pasar por una rigurosa selección.

Esta joven también cumple varios requisitos que la hacen especial. Si bien es nutricionista, sólo se dedicó a eso por poco tiempo. "Si querés llevar el nivel de vida que yo tengo, no podés cobrar 500 ó 600 pesos". En la casa de citas, por el contrario, puede alzarse hasta con 5 mil, diez veces más.

Para eso, la diferencia se hace con las extras que logra como acompañante. Yessica dice que cobra 250 pesos la hora si un empresario, por ejemplo, le pide que asista a una cena de negocios.

Las jóvenes tienen sus tarjetas personales donde figuran números telefónicos de contactos. "Un tipo nos elige y nos pide que nos pongamos lindas porque vamos a ir a comer al mejor lugar y después al mejor hotel", cuenta sobre un procedimiento habitual.

Pero eso depende de la capacidad intelectual de la compañía seleccionada. "Una no tiene que ser sólo un lindo cuerpo, hay que saber manejarse", añade, antes de recordar: "Muchas veces tuve que pasar como contadora".

En los momentos en que no pueden salir con algún cliente (podrían tener que rendir un parcial) sugieren a una compañera. "Pero hay algunos que no las aceptan porque ya tienen a su chica de siempre", dice Silvia (28) que trabaja en forma independiente. Ella está empeñada en no conformarse con un sueldo de empleada rasa. "Tengo amigos médicos que trabajan en servicios de emergencias a cualquier hora, pasan situaciones terribles y les pagan poquísimo", comenta. "Eso no pasa en otros lugares del mundo", agrega.

Por otro lado, Yessica se siente contenta con lo que ha podido construir hasta el momento, a pesar de que protagoniza un engaño permanente.

-¿Tenés novio?

-No podés. En mi caso, a él no podría mentirle.

-¿Te molesta que te señalen y te humillen?

-Me molesta pasar hambre, miseria y que no pueda comprarme lo que quiero. En mi vida tuve relaciones por nada, porque se dio la onda. Un día pensé: ¿Por qué no sacar provecho de eso? Y decidí cobrar.
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Juventud, buen cuerpo, belleza y nivel son exigencias para las vip.

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