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 sábado, 29 de octubre de 2005  
Pisteros. Una centena de inspectores de tránsito y agentes de policía participaron del procedimiento
Las picadas clandestinas dejaron 59 vehículos en el corralón y 5 detenidos
El operativo se realizó en la costanera Norte, donde los autos llegaron a circular a 120 kilómetros por hora

Carina Bazzoni / La Capital

Unos 59 vehículos -58 autos y una moto- incautados en el corralón municipal y cinco personas detenidas fue el saldo de un operativo realizado ayer a la madrugada en la avenida Colombres que, nuevamente, volvió a dar pista para la corrida de picadas clandestinas. El procedimiento -del que participaron una centena de inspectores de tránsito y policías- fue ordenado por la jueza de Faltas Liliana Puccio, después de que la Municipalidad radicara una denuncia por conducción peligrosa y realización de competencias prohibidas.

Todo comenzó durante los primeros minutos del viernes, cuando unos 70 agentes de la Dirección Municipal de Tránsito y otros 30 efectivos de la división Sustracción de Automotores de la policía, el Comando y la Guardia de Infantería se apostaron en las perpendiculares a avenida Colombres, en el tramo que va desde Gurruchaga hasta Génova.

Justamente en este sector, entre "70 y 90 vehículos" participaron durante toda la madrugada de las competencias desarrolladas en medio de la vía pública y mientras otros coches circulaban por la calle. En grupos de dos o cuatro, hacían sonar sus motores y esperaban el verde del semáforo para salir a la carrera, alcanzando velocidades que llegaron a "los 120 kilómetros por hora", según indicó la directora de Tránsito del municipio, Hebe Marcogliese.

Los movimientos quedaron registrados en cintas de video, los automóviles fueron fotografiados, y las velocidades medidas por radares. Pruebas que ya se entregaron a la jueza para abonar la causa abierta en el Juzgado de Faltas.

La improvisada pista de carreras se extendía por Colombres, desde Wa-shington hasta Génova, e inclusive "observamos que llegaban a desplazarse en grupos grandes hacia el parque Scalabrini Ortiz. Tomaban el paseo ribereño, después Avellaneda y Alberdi, para picar por la recta de avenida Mongsfeld", advirtió Marcogliese.

Pero ayer, conforme los automovilistas se iban alejando de la avenida Colombres eran detenidos por los agentes que participaron del operativo. Los uniformados requerían la documentación del vehículo, evaluaban su estado y remitían al corralón aquellos autos con escapes, amortiguadores o llantas preparadas para correr, violando las condiciones de seguridad previstas por la ley nacional de tránsito.

Además, ocho personas que efectivamente fueron individualizadas corriendo picadas quedaron detenidas. Todas tenían menos de 25 años, una era mujer y recién recuperaron su libertad sobre la tarde de ayer.

La semana próxima, deberán desfilar por Tribunales para ser indagados bajo dos cargos: conducción peligrosa con exceso de velocidad y participación en competencias de vehículos prohibidas.

Las contravenciones fueron sancionadas por los artículos 104 y 105 del Código de Faltas con castigos que van de las multas hasta la detención y la inhabilitación para conducir.

Además, deberán responder ante el Tribunal Municipal de Faltas que tiene la facultad de sancionar infracciones como el exceso de velocidad o desplazarse en vehículos con modificaciones antirreglamentarias, entre otras. En este caso las penas son la multa y el decomiso de los elementos antirreglamentarios, y hasta pueden llegar a la suspensión del carné, de acuerdo a los antecedentes que presente el conductor.

Aun así, una veintena de jóvenes se reunieron ayer desde temprano en el corralón municipal. Esperaban que la Justicia diera el visto bueno para liberar los vehículos que, según ellos, no habían participado de las picadas. "Nosotros no corrimos. De los que corrieron no agarraron a nadie y a mí me llevaron el auto por tener los vidrios polarizados", se quejó uno de los pibes que pidió mantener su nombre en reserva. Y fueron tantos los que apelaron a la estrategia del "yo no fui", que otro de los chicos del grupo preguntó con sorna: "¿Qué, al final el único que piqué fui yo?".

Ninguno parecía muy preocupado por la posibilidad de afrontar una causa judicial por conducción peligrosa. "No hacemos nada malo. Somos todos amigos y nos encontramos (en la estación de servicio de Colombres al 1200) a tomar una coca. Por ahí algunos salen en algún semáforo. Nada más", sostenían. Al mismo tiempo, todos los consultados por La Capital negaron taxativamente que las carreras estuvieran organizadas o que se jugara por dinero. "No tenemos un mango, ¿qué vamos a apostar?", aseguraban.

Los autos que los esperaban en el corralón los contradecían. La mayoría eran coches de modelos chicos (Clio, Gol, Palio) pero flamantes y acusaban haber pasado por un taller mecánico donde les habían modificado caños de escape, suspensión y llantas. Aun así, todas las miradas se las llevaba un mini cooper plateado (valuado en unos 30 mil dólares) con los vidrios polarizados y faroles de iodo. Pistero, nunca taxi.

La realización de picadas ilegales en la costanera norte es frecuente. A principios de octubre del año pasado, la dirección de Tránsito realizó un operativo en esa avenida durante el cual se secuestraron 30 autos y 8 personas quedaron detenidas. Una de ellas era menor de edad. En Tránsito no podían decir ayer alguno de los participantes de las picadas de este viernes era reincidente de aquella ocasión.
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Los vehículos incautados fueron remitidos al Corralón.

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