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 domingo, 23 de octubre de 2005  
"Sin Traverso se les terminó el show"

¿Cómo es el Turismo Carretera sin Traverso? "Es igual. A lo mejor falta ese grupo que se quedó sin quien discutir, pelear, insultar, desafiar, y ahora están buscando a otro. Y cuando lo encuentren todo seguirá igual", dijo el Flaco Traverso en el tono de quién está más allá del qué dirán.

-¿Ese que decís será, o es, Marquitos Di Palma?

-Marquitos, el Pato Silva, Patricio Di Palma, en fin. Ojo, en el fondo me llevo bien con ellos, me pongo a charlar sin problemas, pero el show que ellos provocaban con todo eso se les terminó abruptamente. Ahora se miran entre ellos y no saben qué decir.

-¿Creés entonces que le faltará pimienta al TC?

-Puede ser. Lo que pasa que el corredor de hoy, sobre todo en el TC y en el TC 2000, es un tipo demasiado presionado, demasiado controlado. Necesita hacer toda una cantidad de cosas para juntar ese presupuesto tan grande con los que afrontar los gastos de la categoría. Y entonces estoy seguro de que no todos tienen ganas de ir a regalar gorras a la tribuna, pero es parte de lo que el sponsor le exige y no tiene más remedio que hacerlo. Y dentro de todo ese show está la necesidad de estar metido en un programa de televisión todas las semanas para mostrar a sus patrocinadores. Se tienen que prestar a ese juego, aunque no todos están en esa, pero si no lo hacen no pueden correr.

-Estas categorías, como le pasa a la Fórmula 1, se vuelven cada vez más un negocio y tienen menos glamour.

-Sí, es así. Esto sucede también porque la excesiva tecnología dentro del automovilismo hizo que el piloto tenga cada vez menos espacio. Hoy es muchísimo más importante el equipo Renault de Fórmula 1 que Fernando Alonso. Antes, quince años atrás, el equipo era importante pero el que iba arriba también. Pero eso se perdió, en la Fórmula 1 y en el TC, o más bien va camino a eso. Hay un límite donde tanta tecnificación anula al hombre, al deportista.

-En mayo dijiste que veías muy bien al automovilismo argentino, que las categorías habían crecido pese al contexto económico. ¿Es un contrasentido con lo que acabás de decir?

-Es verdad que dije eso pero no es un contrasentido. El TC por suerte tiene una cantidad de adeptos, de público, de fanáticos que muestran que el automovilismo está bien. Que a mí no me gusta la tecnología excesiva dentro de los autos y que provoquen todos esos otros episodios, es otra cosa. Todavía esto no llega al público, como sí llegó a la Fórmula 1, que tenía hace diez años 600 millones de televidentes y hoy se redujo a la mitad. Eso es porque el espectáculo decayó y las carreras son aburridas.

-¿Y qué se puede hacer contra el avance de la tecnología? Es difícil ir en contra del progreso.

-Es difícil pero evidentemente lo tienen que lograr porque destruye el interés. No hay ninguna duda de que podrían mandar un avión de pasajeros cruzando el océano sin piloto, eso está claro. Y no sería complicado hacer correr a los autos sin pilotos. Por eso alguien tendrá que ponerle freno, porque ese día se terminarán las carreras.

-¿Vos vas a ayudar a poner frenos desde algún cargo en la ACTC?

-A nivel nacional, sí. De hecho, ya estoy tratando de poner en el lugar que le corresponde a toda la gente que está en el automovilismo. ¿A qué me refiero con esto? Por ejemplo, esta especialidad precisa de técnicos, que son los que trabajan en los autos y son fanáticos de lo que hacen, al punto que no cobran por lo que valen. Y resulta que con los reglamentos de hoy se necesitan ingenieros, y no todos ellos son fanáticos de los autos. Entonces, vos tenés que contratar a uno para trabajar en tu auto. Eso es de lo que hablo. No estoy en contra de los ingenieros, pero sí lo estoy de que uno de ellos sea fundamental para controlar una computadora que prácticamente maneja a todo el auto. Eso eliminó a mucha gente que tenía esa intuición para trabajar en la puesta a punto, en la carburación, etcétera. Yo daría un paso atrás en esto, sin dudas.

-¿Y cómo lo harías en la práctica?

-En la Fórmula Uno vos ves al piloto moviendo los dedos en el volante pero simplemente le da una señal a la computadora para que ella ponga el cambio. No se ampolla las manos. En Estados Unidos, en la Indy, se usan todavía cajas convencionales y no podemos decir que ese país no puede disponer de la última tecnología. Además, paran a cambiar las cubiertas de una manera bastante tradicional también, cuando podrían usar tranquilamente algún método donde el auto pare y se cambien solas. Entonces, ellos frenan permanentemente los avances porque son conscientes del valor que debe tener lo humano.

-¿Vos creés que en el 2006, con la reducción de la cilindrada del motor (de V10 a V8) y la anulación progresiva de mecanismos electrónicos, la Fórmula 1 recuperará el espectáculo?

-Es una manera de dar un paso atrás, porque ven las consecuencias de que a la gente no le gusta lo que ve. Ojalá entonces puedan volver a verse carreras peleadas donde el piloto sea el que defina.
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