Año CXXXVIII Nº 48909
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
La Región
El Mundo
Opinión
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Educación
La otra mirada


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 16/10
Mujer 16/10
Economía 16/10
Señales 16/10
Educación 15/10
Salud 12/10

contacto
servicios
Institucional

 sábado, 22 de octubre de 2005  
Educación es oportunidades para todos
Es necesaria la construcción de un proyecto educativo conjunto. El papel de los gobernantes

Mariano Narodowski (*)

La educación argentina parece estar empantanada en un debate sin salida. Después de tantos diagnósticos, después de tantos intentos de reforma y después de tantos fracasos, los argumentos empiezan a repetirse, los razonamientos no convencen, los balances ofrecen resultados constantes, las críticas se reproducen y las opiniones de los expertos ya comienzan a aburrirnos a todos. Cuando las soluciones no llegan la realidad, obviamente, se vuelve cíclica y reiterativa y los medios de comunicación expresan su costado melodramático: violencia escolar, escuelas sin clases, baja calidad en los aprendizajes, fracaso, desilusión.

Sin embargo, muchos educadores renuevan cotidianamente una alianza creativa con las familias: forman comunidad generando excelencia, valores y justicia social en un contexto llamativamente adverso. Hacen, se equivocan, ratifican honestamente sus errores, mejoran, construyen: educan a pesar de todo.

¿Es posible continuar con el actual esquema en el que el desorden del sistema educativo auto reproduce sus problemas durante décadas? ¿Es admisible reconfortarnos con el hecho de que a pesar de eso, todavía muchos seguimos educando? ¿Es justo, para nosotros y para nuestra Nación, aceptar lo actual como una calamidad inmodificable, como si el futuro fuese algo que se nos negara indefinidamente?

La respuesta negativa a esas preguntas, aunque suene a una antigüedad, es básicamente moral: la resignación y la complacencia no son un camino aceptable porque implican resignarnos a más pobreza y más injusticia.

Pero esta firmeza moral no debe ser sólo discursiva: nos obliga a pensar que sin proyecto para todos, es imposible educar y nos obliga a actuar en consecuencia, en la construcción cotidiana de ese proyecto.


Liderazgo
La existencia de un proyecto de educación para todos es la tarea pendiente de nuestro país ya que necesitamos con urgencia expresar una identidad nacional posible y deseable en un conjunto de acciones cotidianas que estén articuladas entre sí.

Identidad nacional no es hegemonismo de algunos sectores sociales sobre otros sino articulación colectiva de nuestras diferencias, respeto por las mayorías y por las minorías, convivencia democrática.

Un proyecto de educación para todos necesita superar la lógica facciosa de "estás conmigo o estás en contra de mí" para pasar a la lógica de la edificación conjunta y del aporte constructivo.

En este escenario, el Estado nacional tiene un rol preponderante en dos sentidos: por un lado, compensar las diferencias socioeconómicas igualando para arriba, financiar adecuadamente a las escuelas, apoyarlas creativamente y evaluarlas respetuosamente, acciones todas estas que hace décadas que faltan y que siguen sin aparecer en la agenda actual.

Pero por otro lado, y esto es aún más importante, el Ministerio de Educación de la Nación debe asumir el activo liderazgo de este proyecto. Un liderazgo sin efectos mediáticos sino con compromiso con la educación, entusiasmo por cambiar para estar mejor y testimonio de ese compromiso y ese entusiasmo ofrecido en acciones concretas y cotidianas, desde las macro políticas públicas a las micro políticas de las escuelas, los educadores y las familias.

Un liderazgo responsable, que se haga cargo, que en las necesidades de cada niño y de cada joven advierta un derecho ciudadano y no una estrategia clientelística o una oportunidad superficial de producir imagen en los medios.

Ahora bien, mucho nos toca también a los ciudadanos. Porque si solamente cargamos a los gobernantes de responsabilidades, no habremos salido del círculo vicioso que nos ha traído a la actual situación.

Los ciudadanos también tenemos que hacernos cargo, informarnos, participar, decidir por este proyecto educativo para todos. ¿Cómo? Seguramente no con el "sálvese quien pueda" o la salida individualista, sino generando cada día más compromiso y más entusiasmo. Aprendiendo de los padres y los maestros que educan a pesar de todo y que advierten, en ese testimonio, que justicia y conocimiento para todos y para todas merecen ser un proyecto común.

(*) Director del Area de Educación de

Universidad Torcuato Di Tella
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Una propuesta educativa para todos implica atender a la identidad nacional.

Notas Relacionadas
Un concepto que cambia

Un programa de Unicef trabaja para evitar la repitencia en los primeros años escolares.

El analfabetismo funcional profundiza las diferencias entre los países latinoamericanos


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados