Año CXXXVIII Nº 48899
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
Opinión
El Mundo
Escenario
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Salud


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 09/10
Mujer 09/10
Economía 09/10
Señales 09/10
Educación 08/10

contacto

servicios
Institucional

 miércoles, 12 de octubre de 2005  
El fugitivo que abandonó el Heca con dos tiros y volvió con tres más
Se había evadido de allí hace 17 meses. Estuvo preso en Sastre y también huyó. Carga con el homicidio de un chico

Eduardo Caniglia / La Capital

Su destino parece ser el forzoso retorno al Clemente Alvarez, pero que vaya a permanecer allí es otro cantar. El Moco Ramírez entró a internación el lunes a la noche con tres balazos en las piernas que, según dijo, recibió tras ser asaltado. El conflictivo muchacho, que carga con el crimen de un adolescente, conoce de memoria los pasillos y las salas del nosocomio, de donde se escapó en mayo del año pasado. En esa ocasión saltó de la cama aunque estaba esposado, eludió a dos custodios y desapareció. Había entrado con dos tiros.

No fue la única fuga cinematográfica que protagonizó Darío David Ramírez, más conocido como Moco en el barrio Plata, que queda detrás de la Jefatura de la Unidad Regional II. En noviembre pasado se esfumó de la alcaidía policial de Sastre después de haber sido detenido por un caso de amenazas. A pesar de contar con un abultado prontuario, que incluye un homicidio, anteayer logró zafar de volver a prisión porque un juez de Instrucción, según indicó un fuente policial, dispuso que quedara internado. Según precisaron anoche fuentes policiales, estaba en su cama, sin custodia.

La historia de Moco está signada por varios episodios violentos. Está señalado por al menos un asesinato: el de Luciano Manno, un adolescente de 16 años al que Ramírez está imputado de apuñalar en octubre del 2001. El ataque ocurrió a la salida de un baile en el club La Consolatta, de Patria y Callao. Un grupo de chicos, entre los que estaba Moco, que era menor de edad -ahora tiene 19 años-, molestó y golpeó a uno pibes dentro del baile. Entonces los amigos de Luciano salieron para correrlos. La mayoría del grupo regresó al club después de perder de vista a los atacantes, pero Luciano se resbaló y cayó al suelo. El tropezón fue fatal: el Moco y otro pibe apodado Lele, según los testigos, se lanzaron sobre Luciano y le asestaron varios puñaladas. Después lo remataron con un golpe en el corazón. Poco después. Moco y Lele fueron detenidos, pero por alguna razón resultaron liberados.

Casi tres años después, en la madrugada del domingo 23 de mayo del 2004, el Moco ingresó en el Heca con un proyectil en la pierna derecha y otro en el abdomen. Apenas llegó con su madre contó que lo habían baleado un par de ladrones que le quisieron robar las zapatillas. Pero su coartada se cayó cuando pronunció su versión de la historia el vigilador Omar Daniel Castro, que lo acusó de ser uno de los maleantes que ese día había intentado asaltarlo y le había disparado en el barrio Plata.

El Moco Ramírez resultó herido prácticamente a la misma hora en que Castro era atacado, aunque los pesquisas no pudieron precisar en ese momento la secuencia en la que el controvertido chico de barrio Plata había sido herido. Internado en el Heca, Moco se escapó mientras esperaba que los médicos le dieran el alta. El 27 de mayo estaba en el Clemente Alvarez aguardando ser trasladado al penal de la comisaría 18ª. Uno de los policías que lo custodiaba estaba en el baño. El otro hablaba por teléfono en el destacamento policial.

Para entonces, el Moco se había liberado de las esposas. Con una de ellas estaba amarrado a la parrilla de la cama y la otra sujetaba una de sus manos. Un compañero de habitación que distinguió los movimientos del pibe lanzó el grito de alerta. "Se te escapa el preso", le dijo al policía que estaba en el baño. Ya era tarde: Ramírez se esfumaba por los pasillos del Heca.

Cinco meses después, el Moco cayó preso en la alcaidía de la Unidad Regional XVIII con asiento en Sastre, acusado de amenazas. Una vez más demostró su destreza para burlar a sus custodios. Era el 5 de noviembre cuando aprovechó el descuido de un guardia que lo había acompañado hasta el baño y ganó la calle.

El lunes pasado, el Moco llegó nuevamente herido al Heca y apeló nuevamente al mismo ardid para explicar los balazos que tenía en sus piernas y brazos: dijo que lo habían atacado durante un asalto. Los policías no creyeron su argumento y recordaron su evasión de mayo del año pasado. Pero se sorprendieron cuando se enteraron de que la Justicia ya no lo buscaba más. "No estaba prófugo por lo que se le levantó la custodia", explicó el comisario José Luis Juárez, jefe de la comisaría 18ª. Así el Moco, con cinco balas en el cuerpo y siete vidas como los gatos, va logrando escabullirse de prisión.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Anoche "Moco" Ramírez seguía internado.

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados