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 miércoles, 12 de octubre de 2005  
Guatemala llora a sus muertos tras los deslaves

Los sobrevivientes de los violentos deslaves que sepultaron pueblos indígenas de Guatemala lloraron ayer a sus muertos y tiraron cal sobre las fosas comunes, dejando que las víctimas se unan a la historia de tragedias que azotan a los pobres del país.

La tormenta tropical Stan dejó caer lluvias sobre Centroamérica y el sur de México la semana pasada, desbordando ríos y disolviendo cerros donde viven decenas de miles de personas en viviendas precarias.

En el pueblo de Tacaná, en la frontera con México, unas 80 personas murieron la semana pasada cuando un deslave atrapó dos iglesias donde buena parte de la población se refugiaba del mal tiempo. En Panabaj, otro pueblo indígena, se teme que entre 1.000 y 1.500 personas murieron en dos deslaves.

Los socorristas en ambos lugares abandonaron definitivamente la búsqueda de cadáveres y sobrevivientes mientras el lodo se secaba y transformaba a comunidades enteras en cementerios.

"Están muy profundos. Hay demasiado lodo, están muy adentro, están demasiado enterrados", dijo Oscar Mendez, un socorrista en Tacaná.

La cifra oficial de muertos en Guatemala es de 652 y 398 desaparecidos. Pero los grupos de rescate creen que el total de víctimas fatales asciende a cerca de 2.000. Otras 100 personas murieron en el resto de los países de América Central y México.

Los residentes de los pueblos afectados querían recuperar todos los cuerpos, pero a una semana de los deslaves ya se han resignado a que el lugar donde vivían es ahora una gigantesca fosca común. Los socorristas arrojaban cal y desinfectante sobre el gran lago de lodo, mientras los pobladores buscaban refugio en lo alto de las montañas y se quejaban por la poca ayuda.

"Nosotros sacamos los muertos sin ayuda. Uno salió sin cabeza, era horrible. Había muchos niños", dijo Mario Ortiz, de 34 años, que está casado y tiene cinco hijos.

"Somos pobres. No nos ha llegado nada, ni ollas tenemos, ni maíz, yo de mi casa me llevé dos pantalones. Nos dicen que no podemos regresar a nuestras casas pero no nos atienden tampoco. Estamos desesperando, mi gente está llorando, están con dolor. Estamos olvidados completamente", agregó.

Los mayas, alguna vez la cultura dominante en la región, cayeron bajo los españoles 500 años atrás y se han mantenido aislados y empobrecidos desde entonces, aunque aún representan el 60 por ciento de la población de Guatemala.

Durante la guerra de 36 años que concluyó en 1996, soportaron brutales campañas militares que arrasaron con pueblos enteros. Unas 200.000 personas murieron en la guerra, en su mayoría indígenas. (Reuters)
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