El regreso. El trovador llega a Rosario con los temas de su nuevo disco, "Identidad".

Alberto Cortez: "A los clásicos cada vez se nos hace más difícil conseguir nuevos espacios"

El cantautor, que volvió a grabar después de dos años, dijo que la tendencia es buscar el éxito descartable

Rodolfo Bella / La Capital

El cantautor Alberto Cortez cantará el sábado próximo, a las 23, los temas de su último disco, "Identidad", en el teatro Broadway, San Lorenzo 1223. Según contó el artista a La Capital este regreso se produce después de dos años en los cuales refrenda y renueva su postura sobre los temas que aborda generalmente en sus composiciones.

-¿Cuál es el concepto que sostiene la placa?

-Es esencialemente refrendar mi postura frente a la profesión que es mi forma de vida y en la cual vertí mis principios vitales de convivencia, primero en la sociedad y segundo en la expresión artística que tengo con el mínimo de talento que me pudo haber dado Dios. Pero de todas maneras, lo que hago es traer conmigo un disco nuevo que pongo a disposición de la gente, pero no soy el promotor de ese disco. Vengo a cantar a Rosario, Buenos Aires, Mendoza, San Juan y otros sitios, pero no es una promoción porque eso es una cosa que le corresponde a las disqueras, que generalmente suelen esquivar el bulto y dejan que los artistas seamos los que no sólo lo hacemos sino también presentarlo. Lo único que nos falta es barrer el piso de las disqueras.

-¿Qué temas aborda?

-Todos los temas que componen el disco, que son once canciones totalmente nuevas, tienen un rasgo de mi identidad, desde una canción dedicada a las víctimas del terrorismo universal, hasta alguna fantasía como hacer un viaje al interior de la mirada de mi amada acompañado por una lágrima. Hay un poco de todo, como reconocer mi admiración profunda por el vuelo de las gaviotas, que me parece uno de los vuelos más perfectos del universo, ver a ese ciudadano pequeño que todos llevamos dentro, otra que se llama "Con el alma en vilo", sobre el estado estresante en que vivimos en la actualidad, que nunca sabemos si volvemos a casa o no.

-¿Cómo llega a componer el tema sobre las víctimas del terrorismo?

-Es la canción "Qué culpa tengo yo" que está dedicada a las víctimas del terrorismo, sus amigos y familiares, que son los que sufren las consecuencias. Allí hay una reflexión final que dice "no hay fin que justifique tanta pena, ni pena que no viva su calvario, no hay crimen que se quede sin condena, más tarde, más que nunca o más temprano". Creo que en eso está sintetizada la postura frente a esa lacra que estamos sufriendo y que es casi una pandemia.

-¿Queda espacio para el optimismo?

-Sí, en el amor y eso queda expuesto en la canción "Identidad", se explica con bastante claridad.

-¿Qué pasó en los dos últimos años que estuvo inactivo?

-En todo ese tiempo se dio un poco de decepción, de abulia, de aburrimiento de seguir escribiendo y ver que no hay resultados, no económicos que es lo de menos, pero sí de valoración por parte de la gente. Muchas veces uno escribe con una intención y resulta que después todas sus cosas pasan desapercibidas. Alrededor de eso escribí una canción, pero no quedó en este disco. Muchas veces uno reclama que lo tengan en cuenta. En España se habla de cantautores y de una serie de nombres y sin embargo no me tienen en cuenta a mí y yo soy el pionero de todos ellos. Fui el primero en pararse en un escenario a cantar a Neruda, a Machado, a Lope y a los grandes poetas del siglo de oro español, y ahora que vienen los homenaje al centenario de Neruda no te dan pelota. Esas cosas son dolorosas y la única ventana que tengo para expresarme es la música.

-¿A quiénes se refiere concretamente?

-Son nombres conocidos, estoy hablando de Víctor Manuel, de Serrat, de Sabina, gente reconocida como cantautores. Es como quien en una familia reconoce a los hijos, pero no reconoce a los padres. Eso es algo doloroso para mí.

-¿Cree que al género se le están reduciendo los espacios?

-Es que también tuve algunas pequeñas decepciones. Cada vez se nos vuelve más difícil a los clásicos tener espacio para exponer nuestro trabajo, por ejemplo en televisión y en las emisoras de radio. Hoy en día la gente está en el exitismo total, todo lo que sea ligeramente exitoso interesa y tiene que estar en la moda. Todo ese tipo de cosas hace que uno se pregunte para qué seguir escribiendo. Aunque las musas se van de vacaciones, como decía Serrat, de vez en cuando regresan y te empujan a la mesa de trabajo y no parás de escribir y te metés once canciones de un golpe.

En la nueva placa el creador refleja también la realidad cruenta de los atentados.