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 miércoles, 12 de octubre de 2005  
Se intensifican los controles bromatológicos del armado
El Instituto del Alimento y Prefectura volvieron a tomar muestras de los peces para estudiarlos. Sigue la mortandad

La muerte de miles de armados en la costa del río Paraná puso en alerta a las autoridades y desde ayer se realizan intensos controles para determinar la causa del inexplicable fenómeno. A raíz del informe publicado ayer por La Capital, tanto Prefectura Naval Argentina como el Instituto del Alimento de la Municipalidad tomaron nuevas muestras del animal infectado e instruyeron estudios biológicos y bromatológicos para determinar con exactitud las causas que dieron origen a la masiva mortandad.

Lo que sigue preocupando a los funcionarios es que ya no se reduce a un hecho puntual. Ahora, todo apunta a llevar tranquilidad a la población, ya que la especie se utiliza para consumo humano, por lo que se intenta corroborar si existe contaminación derivada de fluidos industriales, o sólo de una bacteria que afecta a esta especie, como lo determinó un primer estudio de la Subsecretaría de Pesca de la Nación.

El hecho fue denunciando por particulares que transitan habitualmente la zona de la costa norte rosarina, y en cercanía de Arroyo Seco, donde el olor nauseabundo que despiden los peces muertos abarrotados en los remansos y las playas se torna insoportable.

En tanto, desde la Dirección del Instituto del Alimento de la Municipalidad (organismo encargado de controlar el estado sanitario de los alimentos para consumo humano), su titular, Luis Baita, indicó que "se tomaron nuevas muestras de las bocas de expendio habilitadas para comercializar armados y de los puestos de La Florida, que serán sometidos a nuevos estudios".

Al mismo tiempo, el funcionario recordó que hasta el momento, y durante los periódicos controles, no se encontró ninguna situación anormal. "De todos modos recomendamos que la gente compre en lugares habilitados y preste atención al aspecto del pescado: que no tenga olor desagradable, que las agallas sean de color rojizo intenso bien brillantes y de consistencia elástica. Y al momento de prepararlos deben quedar bien cocidos", explicó. Además, consignó que "es difícil encontrar este tipo de pescado últimamente porque no hay demanda".

Ante la sospecha de que algunos pescadores informales recolectan los peces moribundos y luego los venden o los utilizan para consumo personal, el responsable del Instituto del Alimento aclaró que su repartición "no tiene injerencia sobre la actividad de estos pescadores. Sólo podemos advertir a la población que compre responsablemente y en los lugares habilitados", concluyó Baita.

Por su parte, la delegación local de Prefectura Naval Argentina también tomó cartas en el asunto. Desde esa fuerza informaron que "hoy (por ayer) se recolectaron varios ejemplares muertos de la orilla para ser sometidos a controles sanitarios". Del mismo modo se hizo con el agua, "cuyas muestras fueron remitidas a Aguas Provinciales de Santa Fe".

La situación se remonta a junio de este año, tras un reporte de las autoridades de la provincia de Entre Ríos, cuando en el puerto de Paraná, donde aún siguen muriendo peces, Prefectura Naval alertó del fenómeno al gobierno de la vecina provincia. A raíz de la denuncia, intervino la Subsecretaría de Pesca de la Nación y, con apoyo de un especialista brasileño, se practicó un exhaustivo estudio histopatológico de la especie.

Luego de intervenir a siete armados se determinó que lo afectaba una bacteria denominada "edwarsiella", muy frecuente en la fauna ictícola, y no por fluidos tóxicos como agroquímicos o pesticidas, que pueden tener distintos orígenes, desde los desagües del río, adonde confluyen riachos y arroyos de los campos, fuentes industriales con desagües al Paraná, o derrame de cereal contaminado de las terminales portuarias.

Lo cierto es que la proliferación de los armados muertos en casi 200 kilómetros de río (entre Paraná y Arroyo Seco) de junio a esta parte, ya se transformó en un hecho que requiere de un profundo estudio ambiental.
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Hace tiempo, los armados aparecen muertos de a cardúmenes y podridos.

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