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 miércoles, 12 de octubre de 2005  
Los opositores de Conadu piden la renuncia de la cúpula, que los acusa de "golpistas"
La interna en el gremio que agrupa a los docentes universitarios puede derivar en su intervención

En medio de una feroz interna sin precedentes en la última década, 27 delegados convocados el viernes y sábado en Villa Carlos Paz decidieron pedir la renuncia a toda la mesa directiva de la Confederación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu). Las disputas intestinas son tan salvajes en el interior de la entidad que nuclea a todos los gremios universitarios, que su titular, Anahí Fernández, desconoció lo actuado y denunció que "acusaciones maliciosas, prácticas autoritarias, manipulaciones y mentiras han concluido en un golpe institucional perpetrado con orfandad de mandatos y abriendo la puerta para la intervención" del gremio. Desde la vereda de enfrente, el secretario gremial del sindicato en Rosario (Coad), Gustavo Brufman, desafió a la conducción a presentar la renuncia el viernes próximo y a "normalizar" la federación en 60 días mediante la convocatoria a elecciones.

Tironeos, rencillas, confrontaciones radicalizadas y hasta un plenario sin la participación de las máximas autoridades de Conadu son el resultado de meses de interna salvaje entre el oficialismo y la oposición.

Lo que disparó la profundización del conflicto fue la actitud tomada por Fernández tras la firma del acta acuerdo con el gobierno nacional el pasado 3 de septiembre. La cúpula reclamó la vuelta a las aulas, mientras en algunas universidades seguían las facultades tomadas y en las asambleas se votaba continuar con la huelga.


Conflicto sin precedentes
Con este telón de fondo, ahora el cortocircuito parece haber tomado dimensiones sin precedentes. Según explicó Brufman -quien además se documentó con una resolución correspondiente- un congreso extraordinario de Conadu (convocado en Carlos Paz, el fin de semana pasado) resolvió "ante la conflictiva situación institucional por la que atraviesa la federación, solicitar la renuncia de la mesa ejecutiva", para luego establecer en un plazo de 60 días convocar a una congreso "normalizador" a fin de elegir nuevas autoridades.

Así, este plenario de 27 delegados (26 votaron por la renuncia y uno se abstuvo) esperará que el viernes próximo la cúpula de Conadu materialice sus dimisiones a los cargos para luego encarar las elecciones los días 9 y 10 de diciembre. Además, se votó renovar la mesa de negociación salarial ante el gobierno.

Pero el combo incluyó otras medidas, como decretar la movilización en todas las facultades del país para los días 18 y 19 de este mes, no iniciar las actividades académicas del 2006 si no se alcanza "lo solicitado en el pliego de reivindicaciones", y repudiar la presencia "del genocida (George W.) Bush en la Argentina" mediante un paro previsto para el 4 de noviembre.

Según explicó Brufman, lo acordado en la localidad cordobesa "ha sido el reclamo generalizado que llevábamos desde Rosario, lo que demuestra un proceso de renovación muy fuerte en Conadu que pone por delante la democracia sindical y que cuestiona el modo de accionar de la dirigencia, reclamando desde sus bases la necesidad de unirse con la Conadu Histórica".


"Fundamentalistas"
Frente a lo decidido por la oposición, La Capital consultó a Fernández, quien se limitó a volcar su postura en una declaración por escrito.

"En democracia sólo hay dos maneras de cambiar a quienes fueron electos: trabajar para ganar las próximas elecciones o removerlos por causas graves debidamente acreditadas garantizando el derecho de defensa. Cualquier otro procedimiento es antidemocrático y golpista", reza el primer párrafo del texto remitido por la dirigente.

Pero la munición gruesa no se hizo esperar: "Tras este golpe institucional, además de mezquinas ambiciones personales o de grupo está la voluntad de algunos fundamentalistas que usan la organización sindical para fines políticos extragremiales, a la sazón, utilizar a la Conadu como medio para desarrollar una cerril oposición al gobierno nacional".

Tras ratificar su "condición de peronista y la adhesión a la gestión del presidente Kirchner", Fernández agregó: "No creo en el conflicto como objetivo en sí mismo y ratifico la apuesta a la discusión democrática y participativa, a la construcción del consenso y a la gestión político-gremial".
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