Año CXXXVIII Nº 48868
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Salud 07/09
Turismo 04/09
Mujer 04/09
Economía 04/09
Señales 04/09
Educación 03/09

contacto

servicios
Institucional

 domingo, 11 de septiembre de 2005  
De la mano de la devaluación y nuevos directores, apunta a la exportación
La industria del cine quiere renacer
Aunque lejos de la época dorada del 40, el complejo cinematográfico local recupera posiciones

Claudio Berón / La Capital

El concepto industria cultural irrumpió en el siglo veinte y llenó de teorías y discusiones a sociólogos, semiólogos y, por último, economistas que aportaron su visión más fría al fenómeno de la plástica, le reproducción de obras de arte, el cine, la televisión, la edición de libros y revistas. En esos segmentos, el cine es, por definición, la industria por excelencia en cuanto a "mano de obra ocupada, transformación de materia prima y riesgo", en opinión del titular de la Federación de Productores de Cine (Fapca), Oscar Azar.

Esta industria de sueños fue un signo del crecimiento de la Argentina del siglo veinte, con la década de 1940 y parte del 50 como ejes de un plan que prometía hacer de la Argentina el lugar más conocido de Latinoamérica por medio de sus imágenes. Tanto fue así que muchos actores, técnicos y productores terminaron sus días en México, España, Italia y otros mercados cinematográficos que para aquellos tiempos eran incipientes.

Luego, el pasar de los años y la suma de políticas erráticas de parte del Estado, combinadas con la ausencia de ámbitos democráticos que aportaran a un debate cultural, el cine entró en un círculo vicioso y se plagó de producciones menores, gestadas por empresarios y directores que, según como se posicionaron en la historia del celuloide, fueron reivindicados por las nuevas generaciones de críticos.

Hoy el cine argentino está en el cuarto nivel en importancia en el contexto mundial, con una inversión anual de 58 millones de pesos. Es una industria que históricamente se manejó con capitales mixtos, tanto privados como del Estado, por medio de los subsidios crédito del Instituto nacional de Cinematografía (Incaa).

Este dinero, que el Estado aporta, proviene de un porcentaje del precio de las entradas a las salas que se les descuenta a los espectadores en el ticket. Durante el 2004 se estrenaron 66 películas y en el 2005 todo indica que se estrenará un número similar. Para estas producciones, el Estado canalizó, por medio de la autarquía que posee, alrededor de 58 millones de pesos.

"La industria pasó por momentos muy malos y recién ahora se está recomponiendo, a partir de la ley del cine y específicamente desde 2002, con un tipo de cambio favorable, se sentaron las bases de una industria que, si seguimos con este plan, está destinada a crecer", auguró Azar.

La ley anterior, según dicen los hombres del negocio, no se aggiornó y no contemplaba como serían los incentivos y las promociones económicas al cine. Al negocio audiovisual se agregaron en estos últimos diez años Internet, la películas de video y el DVD.

Los productores cinematográficos estuvieron en el Foro Nacional de la Unión Industrial Argentina (UIA), que se realizó en Córdoba a principios de agosto. Si bien no forman parte de la entidad, sí consideran al sector como una industria. "Es un sector con mano de obra intensiva y especializada, podríamos definir que tiene el 80% de mano de obra y el 20% de equipamiento" sostuvo Azar.

Según explicó el empresario, la historia del uso indebido de fondos del Incaa se cortó en 2002, cuando estos recursos pasaron a ser "intocables", permitiendo aumentar los programas de financiación.

Cada película tiene un costo promedio de un millón de pesos, de los cuales se cubren parte con capital de los productores y el resto con créditos del Incaa. Para aspirar a un crédito la producción debe presentar el proyecto al instituto que, si lo aprueba, aporta un crédito que normalmente cubre el 30% de los costos. Este crédito se paga en cuotas trimestrales durante tres años.

La inversión anual en cine de parte del instituto es de 58 millones de pesos y está apuntada al sostenimiento de las productoras. En lo que hace al mapa de espectadores arroja resultados prometedores, según desde donde se lo aprecie. El 10% del tiempo de pantalla es local y el 13% de los espectadores que asisten a las salas prefieren películas argentinas. En 2004, el 22% de los estrenos fueron locales y 72% extranjeros.

La industria tiene una característica que no es usual en otras, el trabajo asociado, que significa que los técnicos y a menudo los artistas no cobran sueldo sino que participan de las ganancias de la exhibición o la venta del film.


El desafío de la exportación
Devaluación de por medio, y con un tipo de cambio que hizo a la industria más barata en términos internacionales, el desafío es exportar. "Vender en los países limítrofes es básico, pese a que se abren mercados como España, Italia y Francia", enfatiza Azar. Como dato curioso, durante 2004 se colocaron dos películas en China.

Como película de éxito se toma el parámetro de "Nueve reinas", de Fabián Bielinski, que fue vendida a varios mercados e inclusive se realizó una remake del film en Estados Unidos.

La industria del cine en Argentina cuenta además con 10 mil estudiantes en todo el país, entre facultades privadas y estatales y distintos cursos. Una historia de 100 años de producción y muchas ambiciones. "Estamos en el momento ideal y tal vez podamos llegar a u punto en que, como sucede en Inglaterra, se compare a la industria química u otras similares", expresó entusiasta el productor Azar.

En Rosario siempre existió una industria del cine local, golpeada más que la capitalina por las diferentes crisis. Un productor con experiencia, como Mario Piazza, expresó que "es posible que haya favoritismos con producciones de Buenos Aires" pero "pese a esto muchos de los cineastas locales filmamos con apoyos crediticios del Incaa.

Según la revista "Haciendo cine", en 2004 los ingresos del Incaa fueron de algo más de $80 millones, de los cuales $71,8 millones son de los impuestos a la exhibición que cobran en todo el país. De esa plata casi $ 10 millones son para funcionamiento del propio Incaa y otros $ 12 millones se destinan al Festival de Mar del Plata, la Escuela de Cine del Incaa y otras instituciones.

Quedan unos $ 57,4 millones para subsidios, fomento y "acción federal", que si fueran repartidos en una proporción acorde a la que se recauda, a Santa Fe le tocarían $ 4,1 millones.

Piazza consideró que "habría que sacar las cuentas de cuánto reciben los realizadores y las instituciones del cine santafesino en el último año pero no creo que esa cifra supere el 10% de los 4 millones de pesos, evidentemente, que desarrollo tendría la industria en Santa Fe si los recursos volvieran, o se quedaran para beneficio del cine local", enfatizó el cineasta.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
"Nueve reinas", una de las películas argentinas que sacaron chapa de exportación.

Notas Relacionadas
La historia de un sector que supo conocer la gloria



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados