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 sábado, 06 de agosto de 2005  
Tony Blair presentó normas más duras contra los "predicadores del odio"
Inglaterra, contra los clérigos integristas
Londres expulsará a quienes incurran en apología del terrorismo o incitación a la violencia

Londres. - El primer ministro británico, Tony Blair, presentó los planes de su gobierno para expulsar rápidamente a extremistas del país, en el marco de una serie de medidas drásticas para combatir el terrorismo tras la oleada de atentados en Londres el mes pasado. Blair habló al día siguiente de las amenazas lanzadas por Al Qaeda contra Gran Bretaña y fue particularmente tajante: "Las reglas del juego están cambiando", afirmó el premier.

Inglaterra fue hasta ahora un refugio en Europa para predicadores islámicos extremistas, muchos de ellos protegidos por el asilo político concedido por Londres. Ahora esta política generosa con los doctrinarios del terrorismo islámico está a punto de cambiar drásticamente, y muchos de ellos serían procesados por delitos tales como apología del terrorismo e instigación a la violencia.

Sobre este punto, Blair destacó que de ahora en más quien incite al odio o defienda públicamente el uso de la violencia será expulsado o no se le dejará entrar en el país. Según el jefe de gobierno británico, en caso de ser necesario se reformará la ley de derechos humanos para facilitar el proceso de deportación de personas involucradas en actos de incitación al terrorismo. Los nuevos poderes facilitarán a la policía la persecución de los denominados "predicadores del odio" en las mezquitas del país.

Además, a las personas implicadas en actividades terroristas se les negará el asilo en Gran Bretaña, remarcó Blair. Esta decisión, que puede parecer una obviedad para otros europeos o los estadounidenses, es una revolución en Inglaterra, donde, tanto bajo gobiernos conservadores como laboristas, se concedía el asilo a personas con antecedentes de actividades terroristas, especialmente de países islámicos.

El premier aseguró a los musulmanes británicos que las medidas "no están dirigidas de ningún modo contra la decente comunidad musulmana que cumple las leyes en Gran Bretaña", sino contra los extremistas.


Beneplácito de Scotland Yard
De hecho, el ministro del Interior, Charles Clarke, ya tiene poderes para prohibir el ingreso en el país a personas si son consideradas una amenaza para la seguridad.

Las nuevas medidas fueron saludadas por el jefe de Scotland Yard, Ian Blair, quien dirige las investigaciones de los atentados del 7 de julio en Londres, que dejaron 56 muertos y más de 700 heridos. "Puede que hubiera sido mejor que se hiciera antes, pero hagámoslo ahora", dijo Ian Blair. A su juicio, hasta el momento la "dificultad" ha sido en torno a cómo deportar a gente a lugares "donde podrían sufrir opresión", explicó. Sin embargo, consideró que la opinión pública británica apoyará ahora el endurecimiento de las medidas.

"Bueno, creo que el ambiente está cambiando. Lo siento, pero esto es Inglaterra, Gran Bretaña, y no queremos que continúe este fomento del terrorismo", dijo en una entrevista por televisión.

Inglaterra encarceló, antes del 7 de julio, al clérigo islámico Abu Hamza. Hamza debió presentarse el 8 de julio, mientras Inglaterra estaba bajo el shock de los atentados, a un tribunal para responder por cargos de apología del terrorismo e incitación al asesinato. Hamza es egipcio y predicaba en la mezquita londinense de Finsbury Park. Otros como él siguen libres y continúan con su prédica, permitiéndose incluso lanzar amenazas contra Inglaterra, como hizo el sirio Omar Bakri. Este clérigo, con residencia legal en Inglaterra desde hace 18 años, amenazó el 22 de julio a Inglaterra con más ataques de Al Qaeda si no se retiraba de Irak, casi un calco del comunicado lanzado este jueves por el segundo jefe de la red terrorista, Al Zawahiri. Bakri dice en sus entrevistas que le gustaría mucho que Gran Bretaña se transformara en un Estado islámico, lo que por sí solo no es un delito, pero también arenga a los jóvenes islámicos británicos -como los kamikazes del 7 de julio- a enrolarse en Al Qaeda y morir como "mártires". Ahora estas declaraciones podrían costarle la cárcel.

Pero la lista de personajes como Hamza y Bakri es amplia. Entre otros clérigos extremistas figura Abu Qatada (palestino), también con asilo en Gran Bretaña, pese a estar condenado en Jordania por actividades terroristas.
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El clérigo Bakri podría ser expulsado.

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