Tres familias zafaron en una sola jornada del remate de sus viviendas únicas

La Justicia ordenó la suspensión de las subastas. Los manifestantes creen que la Virgen los protegió

Tres familias rosarinas lograron alejarse del fantasma del remate de los inmuebles que ocupan en barrio Parque, en zona oeste y en Lavalle al 1900. Es que la Justicia ordenó la suspensión de las subastas previstas para la tarde de ayer en la Asociación de Martilleros de Rosario, donde previamente se había concentrado un grupo de integrantes de la Asociación en Defensa de la Vivienda Unica (Adevu) con el fin de impedir que estas ejecuciones se lleven a cabo.

Un nuevo final feliz a la angustia de los remates. En medio de un importante operativo policial que valló el edificio de Entre Ríos al 200, los manifestantes festejaron la decisión judicial con la entonación del Himno Nacional y el especial agradecimiento a una imagen de la Virgen del Rosario, a la que le atribuyeron poderes especiales.

La incertidumbre devino en jolgorio. Así se pueden resumir las emociones que un puñado de manifestantes sintieron en la nublada tarde de ayer, cuando se suspendieron tres de las cinco subastas que se habían previsto con anterioridad.

La primera benefició a Próspera Baravalle, una anciana de 87 años que padece hipertensión, es cardíaca y cobra una jubilación de 300 pesos, y convive con su hija de 60 años, quien se sostiene sólo a través de una pensión social de 90 pesos. Su problema comenzó tras haber puesto de garantía para un préstamo hipotecario el inmueble que habita con su hija y su nieta, ubicada en Pasaje Civit 2885 (altura Lagos al 2800). Ante el incumplimiento en los pagos, se llegó a los estrados judiciales. La deuda inicial era de 35 mil pesos, que se convirtieron, tras la finalización del expediente, en 175 mil.

Una situación similar le ocurrió a Juan Carlos Mesineo, quien también fue garante de un préstamo con su vivienda de Pampa 7017 (altura Mendoza al 7000). La tercera suspensión fue para la casa ubicada en Lavalle 1980.