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 domingo, 06 de marzo de 2005  
Empresas familiares crean el 65% del PBI pero les cuesta sobrevivir
Sólo una de cada cuatro firmas llega a la segunda generación. En el país falta una cultura que las respalde

Graciela Arias

Aunque en la Argentina se las asocia con empresas pequeñas y poco profesionalizadas, en el mundo las empresas familiares generan el 65 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y el 80 por ciento de trabajo privado; llama la atención la alta tasa de mortalidad: sólo el 25 por ciento de ellas llega a la segunda generación.

"En la Argentina no existe ni en el gobierno ni en las universidades la cultura de empresa familiar. Tiende a confundírselas con las pequeñas y medianas empresas (pymes), cuando algunas de ellas en realidad son grandes empresas" como Pérez Companc, Techint o Macri, dijo Santiago Dodero, consultor y profesor de Alta Dirección Escuela de Negocios (Aden) para explicar la falta de datos sobre productividad y empleo de este tipo de empresas.

"La empresa familiar en Europa tiene una gran tradición, es una institución muy cuidada y ejerce presión a través de un lobby organizado", comentó Guillermo Perkins, economista y profesor de dirección de empresas familiares en el IAE de la Universidad Austral.

"Aunque no hay datos, se puede decir que de las 100 empresas más importantes del país, 60 son empresas familiares, dato muy similar a los del resto del mundo, en el que el promedio es del 65 por ciento" señaló Perkins,

Un dato que ilustra la importancia que este tipo de empresas tiene en el país es que casi el 100 por ciento de las empresas agropecuarias y minoristas responden a este tipo de organización.

"No hay que olvidar que el sector agropecuario ayudó al país a salir a flote al país. Es un sector que reinvierte, que le gusta trabajar y que mueve al interior del país", explicó Perkins.

Mientras que, según datos del Observatorio Permanente de las Pequeñas y Medianas Empresas Industriales Argentinas, el 71 por ciento de esas empresas son familiares. "Sin embargo, estas empresas llaman la atención por su volatilidad, es decir, por su alta tasa de mortalidad", señala Dodero.

En Europa el 75 por ciento de las empresas familiares muere en la segunda generación, mientras que en EEUU lo el 70 por ciento; solamente el 30 por ciento de las empresas familiares en EEUU sobrevive a la segunda generación, y el 15 por ciento a la tercera.

Los estudiosos del tema coinciden en que los principales motivos por los que fracasan las empresas familiares son porque los sucesores entran a la empresa por ser familiar pero no por su competencia; porque no aprendieron a tomar decisiones consensuadas; porque no saben interactuar con los profesionales no familiares; por conflictos familiares y porque las empresas no se profesionalizan tiempo.

Pero aunque las empresas familiares son fuente de conflictos, si están bien direccionadas también son fuente de pasión y visión.

"El alto nivel de compromiso que se genera en una empresa familiar no lo tiene ningún CEO de otra clase de empresa", dijo Dodero.
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