Palabras con chorros de lava

La poesia latinoamericana de los 60 acuso la influencia de los beats

Al calor de la insolencia de la Generación Beat y su gestualidad trasgresora, surgieron grupos, movimientos y publicaciones que se identificaban con su rebeldía y su poesía anticonvencional y llegó incluso a hablarse de una generación beat latinoamericana.

Entre las expresiones surgidas en los 60, que condimentaban su producción literaria con la preocupación social y la militancia política, hay que citar al movimiento "nadaísta" de Colombia, el grupo de los "tzántzicos" en Ecuador, la "generación traicionada" en Nicaragua y los poetas venezolanos de "El techo de la ballena".

También, los jóvenes peruanos -Antonio Cisneros, Luis Hernández, Javier Heraud- con influencia de la poesía anglosajona y las revistas mexicanas "El corno emplumado" y "Pájaro cascabel" (que en 1962 convocan a un gran encuentro de poetas de América Latina), entre otros, los poetas argentinos de la "generación mufada" reunidos alrededor de la revista "Eco contemporáneo".

Hay que recordar que los años 60 fueron sinónimo de revuelta, la idea de la contraviolencia de Sartre, la interpelación a la hipocresía social y una suma de hechos políticos culturales que van del Mayo Francés a la revolución cubana, de la matanza de Tlatelolco al festival de Woodstock.

En su momento, la errancia de los beat los llevó por distintos puntos de esta parte del continente. Ginsberg estuvo en Cuba, Chile y la Nicaragua sandinista, y en algún momento señaló la deuda de su poema "Aullido" con un libro del chileno Pablo de Rokha publicado en 1922: "Los Gemidos". Casi todos viajaron por México. Ferlinghetti, el único sobreviviente de esa generación, acaba de visitar Chile.

Actualmente, los beats continúan influenciando a poetas latinoamericanos, sobre todo de Centroamérica, donde es común verlos citados por jóvenes que buscan su mística de rebeldía en tiempos de inmovilismo, fatiga social y una lírica que ven vacía y alambicada.