Año CXXXVII Nº 48578
La Ciudad
Opinión
Política
Información Gral
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Educación 20/11
Campo 20/11
Salud 17/11
Autos 17/11

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 21 de noviembre de 2004  
Entrevista
Antonio Margariti: "La situación fiscal condena al país a la miseria"
El economista considera que los impuestos no deben abortar el esfuerzo de los sectores productivos

Patricia Martino / La Capital

"Es necesaria una constitución fiscal que determine límites muy precisos para que la exacción de impuestos a las empresas y a las personas tenga un freno y no termine abortando todo esfuerzo productivo y condenando el país a la miseria". El economista Antonio Margariti advierte que la actual política fiscal ahoga a los sectores productivos y considera que si este escenario continúa el desarrollo de la actividad económica quedará estancado.

El especialistas presentó el libro "Impuestos y pobreza" y La Capital lo consultó para analizar la coyuntura nacional desde la perspectiva impositiva. Sobre la base de que es posible "un cambio copernico en el sistema impositivo para que todos podamos vivir dignamente", Margariti propuso que el actual régimen debe atravesar "un cambio radical".

En las primeras páginas del libro publicado por la Fundación Libertad, se puede encontrar un repaso por la historia económica argentina. El autor sostiene que en la década de los 80 políticos incompetentes confundieron democracia con indisciplina monetaria, financiaron el déficit con hiperinflación, el más perverso de los impuestos, y produjeron el caos social. En los 90, políticos revestidos de neoliberalismo buscaron la reelección con un gasto público que creció más que el ingreso, lo financiaron con deuda e impuestazos, causaron desempleo y destruyeron la clase media. En el nuevo siglo, políticos enmascarados de neopopulistas regresan creyendo que democracia es permisividad y reparto, repudian la deuda y aumentan el gasto para mantener el clientelismo, si lo logran Margariti advierte que el país terminará en la decadencia total.

-En el libro sostiene que la política tributaria no puede estar desligada de la política económica, administrativa, legislativa y laboral ¿qué ocurre en la actualidad?

-En la actualidad hay una gran incoherencia de principios. La política tributaria sólo pretende recaudar para financiar el arreglo de la deuda pública y para repartir el gasto con vistas a las próximas elecciones. La política económica tiene un horizonte confuso. No sabemos si apunta a un nuevo tipo de corporativismo, a un capitalismo prebendario como el del 90, al regreso de las estatizaciones, una economía de mercado o a modelo intervencionista. La política administrativa apunta al incremento de la burocracia, a la multiplicación de regulaciones y registros para que las decisiones estén en manos de funcionarios políticos. La política legislativa tiende a sancionar leyes que dIficultan la iniciativa privada y multiplican las trabas y obstáculos en un intento por acorralar y no promover. Por último, la política laboral tiene un claro sesgo corporativo-fascista donde las decisiones se toman entre el Estado y los dirigentes sindicales atendiendo a intereses políticos. Por esta gran incoherencia no existe el orden social.

-¿A qué factores corresponde el creciente incremento de las cargas impositivas de los últimos años? ¿Cómo se evita la presión internacional en este sentido?

-El aumento de las cargas impositivas tiene que ver con el desarrollo inexorable de un modelo fiscal que se denomina "ogro filantrópico". Esto es un monstruo desenfrenado que trata de maximizar la fiscalidad y sólo se calma cuando se queda con el 100% de la renta de las personas porque cree que él lo hace mejor que ellas.

-¿Qué medidas deben implementarse para que los impuestos no sean una carga para los pueblos, una telaraña de la cual no pueden salir?

-Es necesaria una Constitución fiscal que determine límites muy precisos para que la exacción de impuestos a las empresas y a las personas tenga un freno y no termine abortando todo esfuerzo productivo y condenando el país a la miseria.

-¿Es real el estado de las cuentas nacionales? ¿En qué beneficia al país contar con superávit fiscal primario? ¿Se puede sostener esta situación?

-El superávit fiscal primario es una condición impuesta por la comunidad internacional para que Argentina cumpla con sus compromisos derivados de la deuda que el propio Estado contrajo y que dilapidó vaya Dios a saber en qué cosas. Si hablamos de estado de cuentas deberíamos referirnos a la existencia de tres documentos: el presupuesto, la cuenta de inversión y el balance del Banco Central. Como estos tres estados de cuentas se registran por distintos métodos contables, es imposible hacer una consolidación de los mismos y entonces la verdadera dimensión del gasto y del endeudamiento nunca se puede conocer. Esa es la trampa que nos hace el sector público. Esta situación es insostenible y su verdadero blanqueo va a ocurrir cuando tengamos que afrontar la aprobación de la propuesta a los bonistas y cuando el gobierno tenga que empezar a pagar la nueva deuda post-default que este mismo gobierno está generando.

-¿Cómo debe organizarse un sistema impositivo claro?

-Esa es la propuesta que formulo en el libro. Mediante dos únicos impuestos: a la renta global de las personas físicas y al valor líquido añadido por las personas jurídicas, ambos a una misma alícuota fiscal plana para evitar maniobras escapatorias de los contribuyentes. Esa reforma requiere un procedimiento de transición que también se explica en el libro.

-¿Cuál es el camino para que la Argentina alcance la riqueza?

-El país y su población merecen un solo camino: liberar las energías de los argentinos, confiar en su capacidad creativa, proteger sus vidas, su honor y su patrimonio mediante el respeto de la propiedad privada, el cumplimiento de la palabra empeñada y la sujeción de todos a la ley. Hay sólo dos alternativas: o establecemos las bases de una sociedad libre o nos precipitamos en un Estado servil, dominado por una nomenklatura.
enviar nota por e-mail
contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados