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 domingo, 21 de noviembre de 2004  
Congresito de la Lengua

En el "Congresito de la lengua", realizado en Rosario, los chicos eligieron las palabras más representativas y anheladas, además de alumbrar el maravilloso término: "abrasol", conjunción de abrazo y sol. Las preferidas fueron: amor, paz, juego, mamá, gracias, milanesa y otras. Sin embargo, se confirmó algo que hace un tiempo estoy diagnosticando: la ausencia de las palabras "hermano o hermana". Para reinstalarlas quisiera compartir con los padres y docentes, una especie de test que hago en el consultorio, con el que intento sensibilizar y reflexionar acerca de la necesaria fraternidad y su aliada: la cooperación, tan productiva para el sentido de la vida. Propongo imaginar una competencia entre cuatro parejas para armar un difícil rompecabezas. La primera es un par de personas sin parentesco o que no compartieron el "lugar" de crianza adoptivo-adaptativo; la segunda compuesta por hermanos nacidos en distintos tiempos; la tercera por gemelos heterocigotas (de distintos huevos), y la cuarta, por gemelos homocigotas (del mismo huevo). Pregunto simplemente: ¿quiénes ganaron la contienda? Y absolutamente todos siente que el resultado es obvio: ganan los gemelos que compartieron sus primeras percepciones y permanecieron unidos más tiempo. Me inspiró la sociobióloga Nancy Segal, que tomando una teoría de Hamilton, ilustró la prevalencia de genes altruistas entre gemelos del mismo huevo. Seleccionó 47 pares: 23 parejas de niños varones y 24 parejas de niñas, entre 6 y 10 años, con niveles intelectuales equivalentes. La consigna fue: armar un rompecabezas, con la figura de un perro junto a su hueso. Los niños fueron filmados y dos personas, no comunicadas entre sí, interpretaron las palabras y gestos (una de ellas, ignoraba la hipótesis diseñada). El resultado mostró que el 94% de los gemelos nacidos del mismo huevo, además del parecido externo, resolvieron más rápido el rompecabezas que los que compartieron sólo el tiempo de vida intrauterina. Imagino que también disfrutaron más del juego y al utilizar códigos y señales comunes, acordaron mejor los movimientos y por supuesto, pelearon menos. Algún día el concepto de "cooperación social", tan ilustrado entre los insectos, será trasladado a los seres humanos. Como pediatra me asusta escuchar algunas respuestas nacidas en las entrañas, de la ausencia de "fratría". Ningún grupo social tendrá amor ni paz, si no existe el sentimiento de hermandad. Cuando los padres no pueden y los docentes están saturados de otros contenidos, siempre quedan los abuelos

para transmitir manera fraternas

de con-vivir.

Mirta Javkin


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