Bergoglio llamó a no desilusionarse ante tanta "injusticia"

La Iglesia manifestó preocupación por la situación social del país

El arzobispo de la ciudad de Buenos Aires fue el portavoz del malestar de la curia por la violencia y la falta de trabajo

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, y el obispo auxiliar porteño, Jorge Lozano, transmitieron ayer la preocupación de la Iglesia por la ola de violencia y de secuestros que sacude al país.

Mientras que el purpurado porteño exhortó a no desilusionarse ante "tanta injusticia, miseria y violencia", Lozano advirtió que "nos agrede mucho que algunos jóvenes sean secuestrados y no aparezcan o mueran víctima de la violencia o cosas oscuras".

Ambos representantes eclesiásticos hicieron estas observaciones durante sendas homilías pronunciadas en el marco de la festividad de San Cayetano, el patrono del trabajo (ver sección La Ciudad).

Bergoglio instó también a renovar las fuerzas para dejarles a los jóvenes, que son "la esperanza", la herencia del "pan del trabajo, que hace recuperar la dignidad y tirar para adelante".

"La clave para fortalecer a las personas desilusionadas está en el pan. Ese pan que es viático, pan para el camino, pan que renueva las fuerzas y las esperanzas. Pan que los reinserta en la comunidad", subrayó.

Tras reiterar que "el pan fortalece para el trabajo y la comunidad", el arzobispo explicó que "hay un pan que es de fiesta, un pan que es fruto y premio del trabajo, alegría de la mesa compartida, y otro que se come de camino al trabajo y que da fuerza para la ardua tarea".

"Ese es el pan que venimos a buscar hoy: el que fortalece y da energía. El que hace sentir ganas de trabajar y luchar", precisó. Por su parte, Lozano le pidió al patrono de la providencia "trabajo y dignidad para los jóvenes, que son nuestra esperanza".

Asimismo, lamentó que "se nos diga que los jóvenes son delincuentes, drogadictos o vagos porque no quieren trabajar, o burros cuando les va mal en un examen".

"Cuando nos acercamos a los jóvenes descubrimos otra cosa: que son nuestra esperanza, que hay generosidad, ganas y anhelos de trabajar", concluyó el obispo auxiliar.

Bergoglio se lamentó por la injusticia, la miseria y la violencia.