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 domingo, 08 de agosto de 2004

El actor reflexiona sobre su trabajo en "Diarios de motocicleta"
Rodrigo de la Serna : "El que no quería al Che, podrá valorarlo"
Asegura que hacer la película de Walter Salles cambió su imagen romántica de Ernesto Guevara

Rodolfo Montes / La Capital

Rodrigo de la Serna llegó a uno de los momentos más altos de su carrera artística con "Diarios de motocicleta", el filme de Walter Salles que recrea el viaje de Ernesto Guevara y Alberto Granado en la década del cincuenta del siglo XX. Es su cuarta película. Antes trabajó en "Nueces para el amor", "Gallito ciego" y "El mismo amor, la misma lluvia". Un personaje entrañable, Alberto Granado, el compañero de Ernesto Guevara en aquel periplo en moto por Latinoamérica, en 1952, le permitió a De la Serna adueñarse de buena parte de un recorrido que entró en la historia.

El trabajo de De la Serna, quien comparte el protagónico con Gael García Bernal, rozó una zona indefinida entre el documental y la ficción, y tuvo una particularidad: el personaje interpretado, Alberto Granado, viajó, con sus 83 años, a los lugares de filmación, con su memoria precisa. Estuvo ahí, junto a Rodrigo, aportó detalles y tal vez sin quererlo aumentó el desafío. En una charla con Escenario, Rodrigo De la Serna cuenta la apasionante aventura de reconstruir en código cinematográfico aquella aventura original, la que entró en la historia y cambió el panorama sudamericano del siglo XX, aunque su resultado se vería años después del viaje.

"Interpretar a alguien como Alberto fue un regalo. Tiene una personalidad muy compleja, es un intelectual, bailarín, mujeriego. Un tipo que goza de la vida y está comprometido con sus ideales, gracioso, alegre, profundo", contó De la Serna.

-¿Quién era el Che para vos antes de "Diarios de motocicleta"?

-Tenía una imagen romántica de Ernesto Guevara y no conocía bien su vida.

-¿Qué significó tenerlo a Alberto Granado durante la filmación?

-Hubo momentos muy importantes, como cuando La Poderosa (la moto) se muere, Alberto siente que se muere un ser querido. La tapa con una carpa y con un ritual se despide. En ese momento Alberto duda de continuar el viaje, es una instancia crucial. Y justo en ese momento se nos apareció el Alberto actual, en el lugar donde estábamos filmando, y con mucha generosidad ayudó a resolver el momento.

-¿Sus opiniones fueron determinantes?

-Cuando Alberto me dijo que le había gustado la película, sentí que todo había terminado bien. Era la opinión que de verdad me interesaba. Ahora los críticos pueden decir lo que quieran, ya no me importan otras opiniones.

-¿Cómo definirías a "Diarios de motocicleta"?

-Es una película muy saludable, humaniza a la figura del Che. Especialmente para los jóvenes es una película gratificante. Incluso para los que no quieren al Che, las personas políticamente reaccionarias, tendrán la oportunidad de empezar a valorarlo.

-¿La idea del viaje iniciático resultó muy atractiva para transformarlo en película?

-El viaje de Alberto y Ernesto es de algún modo el viaje que todos quisiéramos hacer. Cuando recorríamos el camino, pasábamos por los pueblitos y el Che estaba ahí. En el recuerdo de algunas personas que tienen presente a Guevara en el viaje de 1952. El espíritu del Che estuvo en la película, todo el tiempo.

-¿Fue complejo el personaje?

-Como actor aprendí, por ejemplo, a bailar tango otras músicas latinoamericanas. Me costó mucho engordar 10 kilos, fue algo difícil en medio de un todo muy placentero. Con Gael aprendimos a dominar la moto, nada sencillo en un principio. La moto nos ayudó a vincularnos muy rápido.

-¿Estar en "Diarios de motocicleta" fue tu máximo logro como actor?

-La actuación me dio todo lo que soy, lo que tengo, la casa donde vivo, a mi mujer, mi hija, los viajes, todo. Pero soy un tipo que está tranquilo, que pudo bajarse de cierto vértigo, y eso es una suerte. Podría estar excitado, pero por suerte no.

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El veterano Alberto Granado asesoró a De la Serna para que lo interprete en la ficción.

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