Adelanta cómo será el recital especial que hará en Rosario

Fito Páez: "Ahora estoy mucho más libre, sin otras expectativas que ver bien a quienes amo"

El músico tocará el 7 de septiembre en El Círculo a 20 años de su primer show solista en ese teatro

Pedro Squillaci / La Capital

Fito siempre estuvo cerca. Pero ahora está más acá que nunca. El 7 de septiembre de este año hará un show en el mismo lugar que tocó hace veinte años, exactamente el 7 de septiembre de 1984. Con 41 años, desde un hotel en Río de Janeiro, en un alto de una gira que está realizando por ciudades de Brasil, Colombia y Perú, tras un paso por España, atendió a este diario para hablar de la previa de este show homenaje. "Es muy lindo andar yendo con tu ciudad por el mundo. Y yo soy de ahí, de Rosario, y cada vez me afirmo más en eso", dijo Páez.

-¿Por qué se te ocurrió hacer este show de 20 años de tu historia?

-No sé, en realidad es un gusto personal, la idea es repasar música de todos los discos. No hay nada demasiado planeado, yo me lo tomé más como si fuera un divertimento, vamos a ir a jugar, a tocar, y en vez de tocar en la sala de ensayo, vamos a presentarnos ahí, en El Círculo. Vamos a tener los temas superensayados para que suene increíble.

-¿Qué lugar ocupan los festejos en este momento de tu vida?

-Mirá, para mí es celebrar el paso del tiempo, y afirmarme sobre esto. Tratar de transmitir la emoción que da el paso del tiempo y cómo eso conlleva una cantidad de cosas que se ponen en funcionamiento cuando empiezan a sonar las canciones. A cada persona le pegará para un lado distinto, quizá a otros no les hará nada, pero puede cerrar también con otras cosas nuevas, y puede ser genial también.

-¿Es un show nostálgico o sólo un guiño a aquellos buenos viejos tiempos?

-Nunca me gustaron las cosas de los aniversarios y festejar las carreras y todo eso. No quiero melodramas, aparte me siento vital y fuerte en este momento de mi vida y me parece que está bueno ir ahí a pelarlo, en Rosario aparte, porque lo quiero hacer ahí nada más.

-Qué extraño que este show no lo repitas en otros puntos del país.

-No, no. Sólo en Rosario, yo soy de ahí, cada vez me afirmo más sobre eso. Es muy lindo llegar a Nueva York y que en el New York Times o en algún diario de allí leer que te pongan "Rosario composer" o "Rosarian singer" (risas). Es lindo estar yendo con tu ciudad por el mundo, me da mucho orgullo.

-¿Cuando arrancaste, sentías que en Buenos Aires te veían como el chico nuevo que llevaba canciones interesantes?

-No sé en la ciudad, pero sí recuerdo que Charly (García)le prestó mucha atención a temas como "Tres agujas" o "Cuervos en casa", y también a algunas canciones que habíamos grabado con Juan (Baglietto). Preguntó de quién eran esos temas, de hecho me fue a ver al Coliseo en la presentación de "Actuar para vivir" y después me propuso tocar con él. Y más adelante, Luis Alberto, ¿no? Pero ellos no son porteños, son seres del mundo (risas). Buenos Aires sí te puedo decir que es una ciudad muy hostil de todo lo que no sea de allí. Y a mí se me ha señalado mucho como "el rosarino" con muchos tonos diferentes. Es que no se dan cuenta ellos los unitarios que son, ja, ja, ja. Martínez Estrada escribió un libro hace 40 o 50 años llamado "La cabeza de Goliat" y ya contaba allí cómo eran los porteños.

-¿Se te pasó por la cabeza que ibas a llegar hasta este 2004, con este nivel de popularidad?

-No puedo creer que tengo 41 años. Yo me siento el pibe que jugaba a la pelota en la plaza, de alguna manera, me siento el hijo de tu padre y de tu madre, más todo lo que vas viviendo e incorporando en la vida.

-Mirando para atrás, ¿qué ganaste y qué perdiste?

-Mirá, ganás; todo es ganar, lo único que perdés es el tiempo. Es lo único que perdés todo el tiempo, después todo lo otro lo ganás. La ecuación es tan despiadada, porque lo que perdés es lo más valioso, y a la vez, todo lo que ganás cobra valor justamente porque vas perdiendo el tiempo.

-¿Tuviste muchos desencantos o ligaste más de lo que esperabas?

-No, me parece que uno cuando es adolescente tiene expectativas que después el mundo se ocupa de poner en su lugar. Ahora cuando sos grande, ya seguir teniendo esas expectativas es un poco ingenuo. No pensás tanto en esos ideales de chico, que a la vez son heredados de tu familia y de la sociedad de la época en que estabas viviendo, ¿no? Es coyuntural, después o te avivás o no te avivás, punto (risa). Yo no tengo los mismos ideales que tenía a los 15, tenía el bocho más comido por otras cosas. Ahora no, ahora estoy mucho más libre, sin otras expectativas que mis hijos estén bien, y que la gente que amo esté bien. Después lo otro es juego.

-¿Aquellos años 80 los veías más descontrolados que ahora?

-Los 80 me parece que estaban más piola para todos, había una gran posibilidad para mover el país de verdad, y eso se notaba en todos lados. Ahora hay que joderse. Fuimos todos muy mezquinos, poco inteligentes, muy vanidosos y tenemos esto que tenemos.

-¿Te gusta la misma música de antes?

-Mirá, sí, en mi bolso de viaje tengo los discos de Serú Girán, Steely Dan, tengo "El mar" de Debussy, que me ponía mi padre, tengo "Libertango" de Astor Piazzolla. O sea, tomé la decisión, que no sé qué tan drástica será y espero que no lo sea tanto, de no volver a escuchar mucha música, de volver a escuchar los discos que amo, que siempre les vuelvo a descubrir algo nuevo. Con la música que se ha hecho en los últimos tiempos, no quiero escuchar nada que no tenga menos de cuarenta años (risas), no, es mucho, veinte. Escucho los grupos nuevos de rock, y la verdad que me duermo, viste.

-¿Grabarías "Del 63" tal como está hecho, con el mismo espíritu?

-No, porque ese espíritu no lo voy a poder recuperar nunca más. Está puesto ahí todo, como era en ese momento. Creo que hay que seguir inventando, seguir pintando el mismo cuadro o la misma canción. Uno siempre está tocando la misma canción.

El tecladista rosarino dijo que es "un orgullo" representar a su ciudad en todo el mundo.