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 domingo, 08 de agosto de 2004

Mercados
A quiénes beneficia o perjudica la suba del dólar
El BCRA y Economía cambiaron el rango de precios para el tipo de cambio y trastocaron las variables

Salvador Di Stéfano

El tema de la semana fue la evolución del dólar ya que el presidente del Banco Central República Argentina (BCRA), Adolfo Prat Gay, junto al ministro de Economía, Roberto Lavagna, tomaron la decisión de cambiar el rango de precios para el tipo de cambio que parece estabilizarse en la banda 3,05/3,10.

Esto trae aparejados beneficios y perjuicios para distintos sectores económicos y para el propio gobierno, en esta nota trataremos de analizar por qué el gobierno toma estas medidas, a quiénes beneficia y perjudica y cómo impactan en la Bolsa.

El gobierno nacional está trabajando con un tablero de comando en donde está relevando cuatro aspectos centrales, a saber: el precio de la soja, el intercambio comercial, la actividad económica y los ingresos fiscales.

Una devaluación del peso mejora los negocios para el exportador, beneficia a aquellos que sustituyen importaciones

-ya que se encarecen los productos provenientes del exterior- y gracias a esto aumenta la actividad económica interna. Por otro lado, aumenta la recaudación tributaria por retenciones, impuesto al cheque e IVA (en estos dos últimos casos por los aumentos de precios).

El perjuicio sería que de aumentarse desmesuradamente el tipo de cambio la presión sobre los precios podría aumentar y esto traería consigo un problema social importante. En cambio, si se estuviera frente a una revaluación del peso los exportadores se perjudicarían, habría un aumento de los productos importados, caería la actividad económica y el Estado recaudaría mucho menos. Para que esto suceda, debería darse una revaluación del peso sin inversión, porque cuando en Argentina hay inversión fuerte la moneda se revalúa y el efecto es inverso ya que la inversión trae consigo más trabajo y consecuentemente más prosperidad.

El gobierno nacional no cree que el país reciba inversiones, por ello lleva adelante una política económica planificada, en donde fija el precio del dinero, fija el tipo de cambio y lentamente va estatizando empresas llevando al país a una economía cerrada.

Por ejemplo, desde que el actual presidente está en funciones hay una empresa de energía del Estado, una de correo, un tren que pasa por toda la Mesopotamia a pérdida y se llevan las retenciones del petróleo al 45%.

La mayoría de los bancos en el país tienen una relación patrimonio neto versus préstamos al Estado de 1 a 4, con lo cual prácticamente está estatizada la banca y así, se van agregando mes a mes nuevas empresas a la lista de propiedades del Estado.

De esta forma, se nota como en la Argentina hay una marcada corriente estatista que está cerrando la economía, interviniendo en los mercados y reemplazando a los privados del escenario central de la economía. Esta corriente es extensiva a municipios y provincias.


La fuga de divisas
En este escenario, es lógico y natural que en el mercado se fuguen del país algo así como 3.200 millones de dólares al año, ya que no cuentan en el país las garantías necesarias para que sean reinvertidos con una cuota de esperanza de que en el futuro no sean expropiados.

El gobierno piensa seguir adelante con la política de intervención, de esta forma será muy difícil saber, conocer o predecir cuál será el precio futuro del dólar. Es difícil porque el Estado pone tantas regulaciones que termina fijando un valor arbitrario para la divisa y para ello recurrió al endeudamiento del BCRA (hoy tiene emitida deuda por 18.000 millones de pesos logrando lo inexplicable, que es que los bancos que están fundidos por el Estado le vuelvan a prestar), al no pago de la deuda pública y a la implantación de una serie de tributos distorsivos que difícilmente animen a alguien a volver a traer plata fresca al país.

Por lo tanto, el precio futuro del dólar será el que estime conveniente el gobierno, por ahora se conjetura que el valor de referencia se ubicará entre 3,05-3,10 en un nivel muy parecido al real que cotizó el viernes último a 3,05, no obstante no hay seguridad sobre lo que puede pasar con la relación dólar-peso si la soja sigue bajando o la actividad económica se deprime.

En conclusión, por ahora y solamente por ahora, se estima que el dólar seguirá en un rango de precios razonable. De cara al futuro todo dependerá del tablero de comando que tiene el gobierno y los humores del ministro de Economía con el presidente del BCRA. Es bueno decir además que intervención significa riesgo de corrupción: si el país participa de un mercado en donde sólo unos pocos conocen a qué precio estará el dólar mañana y el resto son espectadores, esto quiere decir que algunos juegan con las cartas tapadas y otros con las cartas destapadas arriba de la mesa y esa es una diferencia imposible de igualar.

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