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 domingo, 08 de agosto de 2004

El Banco Municipal otorga esos créditos desde hace 108 años
Unas 30 personas por día empeñan sus alhajas de oro para llegar a fin de mes
El próximo martes 25 se rematarán piezas no rescatadas por sus dueños

Laura Vilche / La Capital

El Banco Municipal de Rosario abrió sus puertas hace 108 años con una operatoria fundamental: otorgar créditos pignoraticios. La gente empeñaba ropa, objetos de valor, joyas y hasta zapatos y recibía a cambio un préstamo en dinero en efectivo con el que llegar a fin de mes. Así la entidad evitó que mucha gente cayera en las garras de la usura de la época. En el país, esos créditos sólo siguen hoy en pie en este banco local y en el de la Ciudad de Buenos Aires, y son más comunes de lo que se supone. La entidad otorga como mínimo 30 créditos nuevos por día, de un promedio de 300 pesos y en pocos minutos, con sólo presentar el DNI. Eso sí, desde hace dos décadas, sólo se pueden empeñar alhajas y objetos de oro de 18 a 24 kilates. Los clientes, en su mayoría, repactan el empeño en el término de 90 días, pero si no lo hacen, la pieza se remata. Eso es lo que sucederá, como cada mes, el próximo martes 25, a las 15.30. Entre los lotes no faltarán pulseras y aros de bebés, alianzas, cadenitas de alguna tía, medallitas de 15 años o bautismos, y cajas de relojes antiguos del abuelo.

Casi 9 mil créditos son los que conforman el stock permanente del Banco Municipal, y sin dudas hubo un pico de ellos en el 2002, cuando la gente no podía sacar del corralito sus ahorros. Así lo asegura el presidente del directorio, Daniel Pavicich, quien agrega que la mayoría de la gente que los solicita es de "clase media que necesita comprar algún medicamento, pagar la luz o el gas".

Un tasador del banco, munido de una balanza de alta precisión y un ácido especial, es el encargado de estudiar y cotizar cada pieza que se empeña. "Aquí no se acepta oro bajo (inferior a 18 kilates), ni oro blanco (con aleación de otros metales). Tampoco recibimos piedras preciosas ni nos fijamos en la antigüedad de la pieza", aclaró el responsable del área, Gerardo González.

La cotización actual del oro varía según su tipo y calidad. Cada gramo de 18 kilates vale entre 10 y 12 pesos (depende si tiene o no soldadura), el de monedas (libras esterlinas, mejicanos y chilenos, entre los más comunes) cuesta 14,50 pesos y el de oro puro 17 pesos.

El jefe del departamento del Banco, Diego Maquirriain, explica que una vez que se cotizó la alhaja o el objeto, el banco otorga al cliente un préstamo por el 70 por ciento de ese total tasado (cifra que resulta de la cantidad de gramos de la pieza multiplicado por la calidad del oro). Los intereses completos, incluyendo IVA y gastos, suman alrededor del 1,75 por ciento mensual.

El plazo mínimo de depósito de la alhaja es de 24 horas y el máximo es de 3 meses. Después de ese tiempo, si la joya no se rescató, pueden pagarse los intereses contraídos y renovarse el crédito.

Cada día se renuevan como mínimo 150 operatorias pignoraticias (aunque pueden llegar a ser 400) y se cancelan unos 15. Son especies de hipotecas sobre bienes muebles que permiten acceder en minutos al crédito sin garantías de terceros. "Una rápida solución ante una emergencia. Pero también se da otro caso curioso con respecto a las joyas. Hay gente, muy poca, que viaja al exterior y las deja aquí como guarda: es más barato que una caja de seguridad y la alhaja está asegurada", remarcó Maquirriain.


Remate mensual
Ahora bien, si la joya no se rescata, el Banco le comunica al propietario las posibilidades que tiene para que la pieza no vaya a remate. Una prueba de ello se lee en el aviso que el Banco Municipal publicó en La Capital para el remate de este mes: "Ultimo día para rescatar: viernes 13 de agosto", se destacó.

Gerardo González es un empleado que hace ocho años está a cargo del área y dice que actualmente no se ven alhajas de gran valor económico, pero como siempre "sí se ven las de gran valor afectivo". Aunque destacó que años atrás supo haber lotes que en sí mismo eran verdaderas joyas: "Un monedero y hasta una copa de turf", detalló.

Los lotes que no se rematen el próximo 25 de agosto volverán a subastarse en meses posteriores o se venderán desguazados como chafalonía (trozos de oro fundido) a particulares o comerciantes. Una práctica de más de cien años y que según los propios directivos y empleados del Banco Municipal, "acorde a los tiempos que corren, lejos está de extinguirse".

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Un tasador del banco es el encargado de estudiar y cotizar cada pieza.

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