Cartas de lectores
 
Año CXXXVII Nº 48473
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
La Región
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 04/08
Autos 04/08
Turismo 01/08
Mujer 01/08
Economía 01/08
Señales 01/08


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 08 de agosto de 2004

cartas
Cumbia villera

Es llamativo el debate generado en torno a la cumbia villera; lo sigo con pasión. Generalmente se convoca a expedirse sobre el mismo a conductores de programas o representantes de artistas, por ejemplo los señores Santillán o Gozalo, que se esmeran en analizar el medio social en que se desenvuelve esa música, pero nada dicen ni respecto a la música, ni a la poética de la misma. El ministro del Interior, doctor Aníbal Fernández, también se expresó (de modo desafortunado) comparando la letra de esa música con tangos emblemáticos de la década del 30, por ejemplo con Cambalache de Enrique Santos Discépolo o "Qué vachaché", de Enrique Cadícamo. La comparación me resulta desafortunada porque, para el caso de Discépolo, encuentro su raíz en la filosofía del pesimismo de Schopenhauer, muy distante del lenguaje canero que se emplea en la actualidad. Como digo, no encuentro que nadie analice ni la música, ni la poética, del tema propuesto, aunque alguno se exprese entusiasta por intereses concretos: programas televisivos, representaciones, o necesidades electorales. Confieso que mis conocimientos musicales no alcanzan para realizar un análisis acabado de la cuestión pero sería interesante que alguien (calificado) explicara cuál es la situación cultural que nos ha llevado a retroceder de una música eminentemente melódica (el tango) a esta música totalmente rítmica, considerando que el ritmo es expresión musical de las culturas menos desarrolladas.

Nilda Díaz, LC 3.042.109

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados