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 domingo, 11 de julio de 2004

Indagan a cuatro suboficiales por una acción sin orden judicial

El juez de instrucción de Reconquista, Enrique Müller, indagará hoy a cuatro suboficiales de la Unidad Regional IX bajo las acusaciones de facilitamiento de evasión, incumplimiento de los deberes de funcionario público y apremios ilegales. Los uniformados están presos e incomunicados luego de que se descubriera la extraña fuga de Luciano Rolón, un muchacho de 22 años que estaba acusado de robo y que la semana pasada fue sacado de su lugar de arresto para que reconociera un sitio donde supuestamente se había vendido parte de lo robado. Tras esa hipotética acción, hecha a espaldas del juez, el ladrón escapó y se entregó en tribunales acompañado por un abogado.

Ahora el juez deberá establecer si se trató de una simple fuga de un preso que aprovechó un descuido de sus vigiladores o si ocurrió algo aún más oscuro en el medio. Cuando Rolón se presentó el viernes en compañía de su defensor denunció que fue sometido a apremios ilegales para que confesara su participación en otro asalto ocurrido en esa ciudad.

Hasta el martes a la tarde, Rolón estaba acusado de hurto calificado. Ese día, alrededor de las 19, los suboficiales Walter Marcelo Bogado, José Luis Peña, José María Espinoza y Eduardo Angel Sena, lo subieron a un patrullero y lo llevaron hasta la zona de Lanceros de los Sauces, un barrio rural de Reconquista. Sin anunciarle una sola palabra al juez Müller, la comisión policial salió con Rolón con la supuesta de intención de que reconozca el lugar donde vendió una videograbadora.

Lo que sucedió después es ahora materia de investigación. Según la versión de los policías al juez, el coche sufrió la pinchadura de un neumático. Cuando los agentes buscaban linternas e intentaban cambiar la cubierta, Rolón habría forcejeado con uno de ellos y de un puntapié abrió una de las puertas del auto logró salir corriendo a campo traviesa. El muchacho estuvo escondido hasta el viernes a la mañana cuando aprovechó el feriado del 9 de Julio para presentarse espontáneamente ante el juez.

Rolón contó que los efectivos de Investigaciones lo habían golpeado con un arma en el cabeza y que le habían fisurado las costillas. Además relató que le colocaron el cañón de un arma en la boca. Todo eso para que reconociera su participación en un robo de dólares y alhajas en una vivienda, del que Rolón asegura ser ajeno.

El magistrado dijo que no la versión de los apremios no era muy contundente y que "hay puntos de declaración que no coinciden. Por ejemplo: las marcas en su cuerpo no se condicen con el tipo de ataque que dice haber sufrido".

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