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 domingo, 11 de julio de 2004

Trabajo grupal: interacción positiva

Las personas juegan con otros y no contra otros; juegan para superar desafíos u obstáculos y no para superar a los otros. Los juegos pueden ser coherentes con el trabajo en grupos y el desarrollo del ser humano. Lo importante es promover aquellos que no plantean "ganar" o "perder" sino la participación de todos para alcanzar un objetivo común. La estructura asegura que todos jueguen juntos, sin la presión que genera la competencia para alcanzar un resultado.

Al no existir la preocupación por ganar o perder, el interés se centra en la participación. Los juegos deben facilitar el proceso de crear. Crear es construir y para hacerlo es fundamental el aporte de todos. Si las reglas son flexibles, los participantes pueden contribuir a reformularlas. Los juegos se pueden adaptar al grupo, a los recursos, al espacio disponible y al objetivo de la actividad.

Entre otras cosas, pueden estimular el desarrollo de algunas actitudes como:

* Capacidades necesarias para resolver problemas. Una buena alternativa es hacerlo en forma colectiva, junto con otros.

* Intuición para reconocer cómo está el otro, sus preocupaciones, sus expectativas, sus necesidades, su realidad; la capacidad de poder ubicarse en la situación del otro.

* Sensibilidad para reconocer, valorar y expresar la importancia del otro, con sus percepciones, sus aportes y sus diferencias. En síntesis, aprender a convivir con las diferencias de los demás.

* Recursos para poder expresar sentimientos, emociones, conocimientos, experiencias, afecto, problemas, preocupaciones.

La cooperación es una alternativa que puede ayudar a solucionar problemas y conflictos; si el juego tiene presentes los valores de solidaridad y cooperación, podemos experimentar el poder que tenemos para proponer colectivamente soluciones creativas a los problemas que presenta la realidad en que vivimos. Hablar de cooperación en los juegos, significa también que podemos ser protagonistas en otros procesos de cambio que permitan mejorar la calidad de vida y contribuir a mejorar las condiciones ecológicas de nuestro ambiente.

La cooperación está directamente relacionada con la comunicación, la cohesión, la confianza, la autoestima y el desarrollo de las destrezas para una interacción social positiva.

Muchas personas frente a situaciones de competencia prefieren no jugar ante la posibilidad de perder o de hacer un "papelón". Si piensan que no juegan bien, prefieren observar mientras los "buenos" jugadores participan. El juego tiene que ser una manera de vivir la afirmación. El énfasis está en el proceso de participación de todos y no en el resultado. Cada uno es importante y su aporte es fundamental para lograr un objetivo común, y cuando alguien se siente involucrado para alcanzar un propósito determinado, se siente autor y sujeto de su historia.

Por eso, en esta era globalizada donde lo que se impone es el individualismo ante la falta de redes solidarias donde encontrar continencia, se impone la cooperación, el trabajar con otros para la construcción de un mundo mejor.

Las técnicas grupales adquieren un valor especifico de diversión que no sólo estimulan la emotividad y la creatividad, sino que también introduce dinamismo y tensión positiva. El carácter de juego encierra, además, un doble aspecto. Por un lado implica el hecho de desligarse de la seria situación del momento y, por otra logra una identificación profunda con los problemas con los cuales se trabaja.

Liliana Fernández Mateo y Ana María Rossi

Capacitadoras de Ecid (Equipo para la Comunicación, Interacción y Desarrollo)

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