Año CXXXVII Nº 48445
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Salud 07/07
Autos 07/07
Educación 03/07
Campo 03/07


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 11 de julio de 2004

Cada vez hay más niños con fobias y depresión
Trastornos reservados a los adultos se manifiestan ahora a temprana edad por una cotidianidad estresante

Cada vez hay más niños en el país con trastornos que antes parecían reservados a los adultos, como estrés, depresión, insomnio o fobias vinculadas a la ansiedad, aseguraron expertos en psicología infantil.

La inseguridad, la falta de trabajo de los padres y las situaciones tirantes de un mundo cada vez más convulsionado inciden en la aparición de estos síntomas en los hijos, afirmaron los especialistas.

Los casos de niños que se niegan a dormir solos, se angustian hasta tener síntomas físicos si la madre va de compras o se obsesionan con cábalas por temor a que suceda algo malo, son de tratamiento cada vez más frecuentes en los consultorios de psicólogos de niños.

"Por la inseguridad, los chicos tienen más miedo de salir a la calle y están más predispuestos por los problemas de la vida cotidiana que suelen padecer los padres como la falta de trabajo", consideró la psicóloga infantil Elizabeth González Montaner, miembro del porteño Centro IMA.

Los picos más importantes de este tipo de trastornos de ansiedad se detectan en chicos de entre siete y ocho años, según casos estudiados por miembros del Centro de Investigaciones Médicas de la Ansiedad.

"La incidencia de los trastornos de ansiedad en la población general infantil es del 8 al 10 por ciento", se precisó.

"Cada vez nos enfrentamos más con niños con síntomas iguales a los de los adultos, como estrés, depresión o insomnio, y la forma que tienen de mostrar que algo anda mal es mediante la desatención o la hiperactividad", explicó Gisela Untoglich, del centro DOS especializado en niños.

Existen distintos tipos de trastornos que afectan a cada vez más niños y que antes eran exclusividad de los adultos.


Trastornos y fobias
El trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo compulsivo (vinculado a cábalas y obsesiones desmedidas para la edad), la fobia a la escuela y la fobia social y el trastorno de separación (no querer despegarse de los padres o seres queridos) son algunos de los más observados, enumeró González Montaner.

La psicóloga contó que, en una ocasión, atendió a un niño afectado por un trastorno obsesivo compulsivo que acostumbraba a besar, antes de dormirse, a 25 osos de peluche que tenía en su dormitorio.

"Los padres le llevaban los osos de vacaciones y una vez decidieron no llevarlos y el nene se angustió de una forma tan desmesurada que no pudo dormir bien en todo el viaje", recordó.

Los expertos recomiendan no alarmarse si los hijos presentan alguna de estas manifestaciones, ya que la ansiedad puede ser evolutiva, es decir que puede desaparecer sola, con el tiempo.

En situaciones de ansiedad evolutiva, frecuentes ante cambios vitales como el nacimiento de un hermano, el pasaje del jardín de infantes a la escuela primaria o una mudanza, el rol de los padres es fundamental, acuerdan los expertos.

"Tienen que permitirle que despliegue sus temores y no acallarlos con una subestimación de la situación, algo que con frecuencia hacemos los adultos para silenciar los temores de los niños, que suelen sacar a la luz nuestros propios miedos", evaluó Untoglich.

Los niños que, en cambio, sufren de ansiedad patológica son aquellos en los que los síntomas no desaparecieron después de seis meses y es allí cuando deben consultar directamente a un especialista, explicó.

"Se hace necesario consultar a un profesional cuando estos temores se convierten en inhabilitantes para el niño", precisó la médica.

"A veces a los padres se les dificulta la idea de hacer una consulta psicológica porque no les gusta la idea de pensar que sus hijos «están locos», pero hay que tener en cuenta que una intervención en el momento preciso ahorra numerosos problemas a futuro", dijo la especialista.

González Montaner coincide al señalar que "el tratamiento oportuno de la ansiedad en la infancia puede ahorrarle al niño años de padecimiento y previene el desarrollo de otras complicaciones de la adolescencia o adultez". (Télam)

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Notas Relacionadas
Las señales de alerta


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados