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 domingo, 11 de julio de 2004

Mercados: Quiénes ganan con las barreras

Salvador Di Stéfano

La suba de aranceles para los productos de la línea blanca termina mejorando las perspectivas de importantes empresas cotizantes ligadas a los negocios del laminado como es el caso de Acindar, la empresa ya cotiza por encima de $3 y con el espaldarazo de sacar de la competencia interna a empresas brasileñas las perspectivas futuras son más halagüeñas ya que la empresa mejorara su flujo de fondo y por ende sus ganancias.

Asimismo, las empresas ligadas a la construcción deberían mostrar un mejor perfil, ya que cuanto más se cierre la economía menos posibilidades de inversiones financieras existen a futuro, y los agentes económicos se volcarán al ahorro en bienes. La cementera Juan Minetti debería mostrar mejores perspectivas futuras, al igual que la constructora Polledo entre otras.

El papel que no para de subir y es del grupo Techint es Tenaris. La empresa está cotizando en niveles récord y la ayuda la coyuntura interna y la evolución del precio de petróleo en el mundo. Por otro lado la empresa Siderar (también del grupo Techint) resulta la compañía más beneficiada por el cierre de la economía, y esto potencia la posibilidad de generar nuevos flujos de fondos positivos.

Lo único que ha faltado estos últimos días es la suba de los dos papeles con mayor volumen en plaza, Grupo Financiero Galicia y Petrobras, ambas acciones no se ven beneficiada directamente por el cierre de la economía por ende su cotización no tendrá la suba que muchos esperan. En tanto, el índice Merval cotiza por encima de los 970 puntos y se encamina para ir en busca de una nueva resistencia en la zona de los 1.070-1.100 puntos.

El mercado está muy comprador de fondo y la Bolsa podría comenzar un recorrido muy alcista en julio y la primera semana de agosto, ya que luego el fantasma del vencimiento del mercado de futuros y opciones rondará sobre la plaza accionaria, y en septiembre el acuerdo con el FMI y la reestructuración de la deuda les pondrá al mercado la volatilidad negativa que generara la incertidumbre de arribar finalmente a un acuerdo positivo con los organismos financieros internacionales y los acreedores privados.

La política del Banco Central República Argentina de mantener sujetado al dólar e imponer en plaza una tasa de interés ridículamente baja, hace que la mayoría de los inversores salgan en busca de acopiar productos y no colocar los fondos para obtener una renta financiera.

En este escenario quien tenga dinero en pesos y desea colocar sus fondos a plazo fijo sugerimos realizarlo a un plazo de 90 días a una tasa mixta que sea CER (coeficiente de estabilización de referencia que es el equivalente a la inflación minorista) más una tasa que depende de la entidad oscila entre el 0,75 y 1% anual. De cara a los próximos 90 días la inflación podría ubicarse en torno del 10% anual y si a esto le sumamos un adicional de entre el 0,75% y 1,0% anual tendremos una apetitosa tasa del 11% anual que es muy elevada para un país con tipo de cambio fijo.

El gobierno no deja de sorprender a propios y extraños. Si bien era conocida la intención de un plan económico con tipo de cambio real alto para favorecer a la exportación y fundamentalmente a la sustitución de importaciones, no se pensaba que el fanatismo sería tan elevado como para también poner trabas al ingreso de productos del Mercosur y de esta forma cerrar cada vez más la economía doméstica.


La economía cerrada
Una economía cerrada no atrae inversiones, por lo tanto los negocios surgen de la reinversión que hagan los sectores favorecidos, que con sus excedentes trata de seguir invirtiendo en un mercado que le es altamente rentable en la medida que siga cerrado. Si a esto le sumamos que hay sectores que están siendo favorecidos pero aparte trabajan en el mercado informal, las tasas de rentabilidad son inimaginables, pero claro son negocios al margen de la ley y en la Argentina la informalidad es cercana al 50%.

Con una economía más cerrada se benefician los empresarios locales y se perjudican los consumidores que terminaran adquiriendo productos más caros y de inferior calidad que los importados. En verdad la defensa del empresariado nacional debería realizarse en función de una baja generalizada de impuestos que le permita al emprendedor ser más competitivo en el exterior, de modo tal de aumentar la escala de producción y de esta forma reducir fuertemente el costo de los productos y por ende el precio de venta beneficiando de esta forma a los consumidores.

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