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 miércoles, 16 de junio de 2004

Relatos sobre brujas quemadas y libros prohibidos resonaron en el Vaticano
El Papa pidió perdón por la Inquisición
La Iglesia Católica presentó ayer un extenso estudio sobre los años negros en que legalizó la tortura

Historias de juicios, brujas quemadas y libros prohibidos resonaron ayer cuando el Papa Juan Pablo II pidió perdón por la Inquisición, durante la cual la Iglesia persiguió y mató a personas identificadas como herejes. El reconocimiento de los horrores fue realizado por el Pontífice en oportunidad de que el Vaticano presentó un voluminoso estudio sobre esos años negros, en los que legalizó la tortura.

Juan Pablo II repitió la frase del documento del año 2000 en el que pidió por primera vez perdón "por los errores cometidos en el servicio de la verdad a través del uso de métodos que no tienen nada que ver con el Evangelio".

Durante la Inquisición hubo torturas, juicios sumarísimos, conversiones forzadas y quema de personas en hogueras. Sin embargo, el Papa profundizó ahora un poco más la cuestión al decir que el pedido de perdón era por "los hechos producidos en la Inquisición como así también por las heridas a la memoria que le siguió".

El Papa Gregorio IX creó la Inquisición en 1233 para luchar contra la herejía, pero los funcionarios de la Iglesia pronto recurrieron a las autoridades civiles para demandar, detener, torturar y matar a los considerados herejes. Su mayor auge fue en el siglo XVI para contrarrestar a la Reforma.

El libro de 800 páginas, que se presentó ayer, se basó en una serie de disertaciones que se realizaron en un simposio académico hace seis años y que contó con el auspicio del Vaticano.

Un gráfico mostró que Alemania fue el país donde se mataron más hombres y mujeres acusados de brujería, sentenciados por tribunales civiles durante el inicio del siglo XV.

Murieron unas 25 mil personas de una población de 16 millones de aquel entonces. Pero el récord en cuestión de proporciones se registró en Lichtenstein, donde 300 personas, un diez por ciento de la pequeña población de 3 mil habitantes, murieron por condenas de brujería.


La lección de la historia
"Las lecciones de la historia no terminan nunca" afirmó el cardenal francés Roger Etchegaray al presentar a la prensa el estudio, de cerca 800 páginas, y reconoció que la tortura sigue aplicándose contra los opositores, citando las crueldades de los militares estadounidenses en Irak.

El tomo contiene las investigaciones de cerca 30 historiadores que estudiaron a fondo esa etapa histórica y cuyo trabajo inició en 1998 por iniciativa de la comisión teológico-histórica del Comité del Jubileo.

Para el Papa "en la opinión pública la imagen de la Inquisición representa el antitestimonio y el escándalo" y se interrogó sobre la validez de esa imagen por lo que pidió la realización del estudio histórico.

La publicación de las actas junto al nuevo mensaje del Papa constituyen un paso más hacia la comprensión del fenómeno, particularmente despiadado en España e Italia durante la Edad Media. Tras más de dos siglos de existencia de la Inquisición, la Iglesia Católica institucionalizó oficialmente el terror como método de los tribunales eclesiásticos al crear en el año 1500 la congregación del Santo Oficio, que se caracterizaba por mantener la información judicial en el más absoluto secreto y estar autorizada para juzgar los delitos de herejía, brujería, magia y apostasía.

El trabajo incluye todas las actas oficiales del simposio internacional realizado en 1998 y contiene varios capítulos sobre el fenómeno en la América colonial, en particular en Perú, México y Colombia.

"Los indios nunca entraron en la jurisdicción inquisitorial, su cuidado y castigo siguió dependiendo de los obispos", señala Fermina Alvarez Alonso, quien anota que los indígenas eran considerados incapaces y sin formación cristiana por lo que no podían ser juzgados por los tribunales españoles.

En cuanto a la brujería, se desmiente que el número de brujas quemadas en Europa haya sido de nueve millones, y se asegura que los procesos fueron unos 100 mil de los cuales unos 50 mil acabaron en la hoguera. (AFP y Reuters)

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Pintura de Francisco de Goya que muestra un juicio contra herejes.

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