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 domingo, 23 de mayo de 2004

Paulo Coelho, un mago del mercado editorial
Pese a las críticas, vendió más de 28 millones de libros en 56 idiomas

Aldo Gamboa

El brasileño Paulo Coelho es -acaso- el primer escritor de América Latina que, con cada libro que publica, consigue competir con los gigantes mundiales de "best-sellers", como John Grisham, Stephen King, Tom Clancy y Sidney Sheldon.

Los impresionantes éxitos editoriales de Coelho, sin embargo, no convencen a los críticos literarios, para quienes tras los niveles de venta se esconde una obra menor, pobre y por momentos plagada de errores.

La clave de su éxito, probablemente, consiste en escribir como habla. Con su voz baja, hablar pausado y gestos constantes, Coelho se consolidó como uno de los mayores fenómenos de la literatura contemporánea: aplicando su magia al mercado editorial hace que sus libros se agoten en las librerías.

Nacido en Río de Janeiro en 1947, Coelho publicó su primer libro, "El peregrino", en 1987. Desde entonces vendió más de 28 millones de ejemplares en todo el mundo y su obra fue traducida y publicada en 56 idiomas en más de 120 países.

Sus nuevos volúmenes y reediciones no salen al mercado en tirajes inferiores a 100.000 ejemplares. Aun así se agotan rápidamente, como la primera edición de "Las valquirias" (1992), cuyas 100.000 copias se esfumaron en tres días.

Uno de sus libros más famosos, "El alquimista", publicado en 1988, se mantuvo durante parte de la década de 1990 con un estable nivel de ventas de alrededor de 23.000 ejemplares por mes. Ese título representa casi un tercio del total de ventas de su obra.

Además de Brasil, sus obras se situaron en el primer lugar de ventas en países como Canadá, Bélgica, México, Argentina, Francia, España o Portugal. La fama de Coelho llega hasta Irán, donde firmó centenares de autógrafos.

De la interminable lista de premios y condecoraciones que recibió en todo el mundo se destacan dos galardones ofrecidos por Francia: Caballero de las Artes y las Letras (1996) y Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor (2000).

En 2001, cuando falleció el famoso escritor brasileño Jorge Amado, Coelho fue invitado a presentarse como candidato a ocupar su sillón en la Academia Brasileña de Letras (ABL), pero cedió la oportunidad a su viuda, Zélia Gattai.

Finalmente, en 2002, Coelho coronó su trayectoria literaria al ser escogido como el más reciente y más joven inmortal que ocupaba un sillón en la ABL.

Más allá de su impresionante volumen de ventas, los intelectuales brasileños continúan ignorando a Coelho. Entonces, ¿cuál es el secreto de la magia? Su éxito radica en que ofreció un producto literario que la gente esperaba tener disponible en un momento de profunda crisis de ideologías, valores y religiones, estimó el profesor de literatura brasileña Gabriel Perissé.

"Su atracción new age coincide con la sed de trascendencia y de metafísica que en Brasil y en el mundo ha sido mal saciada con esoterismos, nuevas sectas y libros extraños y -para decir la verdad- bastante superficiales", puntualizó en un estudio sobre Coelho.

"Del medio de duendes, quirománticos, pirámides y runas, Coelho surgió como un paradigma, como un ejemplo para quien busca respuestas más elevadas en un contexto social desequilibrado, al mismo tiempo individualista y masificante, tecnológicamente avanzado y espiritualmente abandonado", afirmó.

El propio Perissé puntualizó que el más famoso libro de Coelho, "El alquimista", está repleto de errores de conjugación verbal, mezcla de trato de segunda y tercera persona, errores adverbiales y de concordancia, "historias lineales, personajes poco elaborados, finales felices y dramas inconsistentes".

Para Coelho, sin embargo, las críticas a su estilo -o mejor, a su falta de estilo- son la prueba de que su obra es "un organismo vivo".

"La crítica no me trata mal, apenas polemiza. El hecho es que yo soy un organismo vivo para la crítica, eso me encanta. Mientras haya críticas, todo estará bien. Si no las hay, significa que una obra ha sido completamente absorbida por el sistema", afirmó recientemente.

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