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 domingo, 23 de mayo de 2004

"Código Da Vinci", cuando el escándalo impulsa las ventas
Los cuestionamientos de la Iglesia católica contribuyeron a la promoción del libro

Las editoriales que publicaron "El código da Vinci" en todo el mundo seguramente se frotaron las manos cuando la Iglesia Católica comenzó a criticar el libro de Dan Brown: esas reacciones se transformaron en el mejor agente publicitario que tuvo el libro para propulsar sus ventas hasta convertirse en el best-seller del momento.

¿Qué encubre la Mona Lisa detrás de su enigmática sonrisa? Esos labios semiabiertos, según el postulado básico del libro, esconden la respuesta a una leyenda según la cual Jesús y María Magdalena procrearon una hija, lo que fue ocultado por el Vaticano durante miles de años. El debate está servido y el éxito también.

El escritor estadounidense Dan Brown mezcla episodios religiosos con la genialidad de Leonardo da Vinci y enigmas resolubles, para crear una novela que vendió más de 15 millones de ejemplares en 30 idiomas en todo el mundo, incluidos un millón en español.

Al igual que lo ocurrido con el exitoso estreno de la película "La Pasión de Cristo" -que narra las últimas horas de Jesús en la Tierra-, la controversia se transformó en el vehículo de promoción de la novela el "Código Da Vinci", que apenas fue lanzada al mercado en marzo de 2003 saltó al número uno de la lista de los más vendidos.

En 1963, en un episodio similar, el alemán Rolf Hochhut ya había despertado la cólera del Vaticano con "El Vicario", que cuestionaba el rol del papa Pío XII en el holo causto judío durante la Segunda Guerra Mundial. Este libro, originalmente una pieza teatral, se agotó de las estanterías como pan caliente.

Después de 30 años, la Iglesia volvió a poner el grito en el cielo y exhortó a los cristianos a no leer "El código da Vinci", que pone en duda la divinidad de Cristo y la cristalidad del Vaticano.

"Es una blasfemia y un insulto a Dios y a la Iglesia Católica", dijo el obispo conservador chileno Juan Ignacio González. "Un cristiano no debe leer el libro, el cristiano tienen que leer las cosas que le ayudan a solidificar su fe y no las cosas que lo pueden confundir", agregó el obispo González.


NEGOCIO REDONDO
El Opus Dei -que también es mencionado en el libro- expresó su desagrado por la descripción que hace Brown de esta asociación católica fundada por el santo español Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975).

"«El código da Vinci» ofrece un retrato extravagante e inexacto de la institución católica del Opus Dei", se defiende en un comunicado que puede leerse en su página de Internet (www.opusdei.com).

"Las numerosas inexactitudes van de simples errores factuales a descripciones de conductas patológicas o criminales. Todo ello es un absurdo sinsentido", lamenta el Opus, refiriéndose a los castigos corporales que se auto-propinan sus miembros en el libro.

Algunas críticas coinciden con el Opus en destacar las "inexactitudes" del libro, en ocasiones en términos muy duros. "Se trata, sin duda, de la pieza de literatura barata más estúpida, inexacta, malinformada, llena de estereotipos (...) que he leído. Y eso es decir algo", afirmaba Peter Millar, crítico del diario inglés The Times.

En cambio, otros comentaristas se quedan exclusivamente con la diversión que proporciona el libro, como la cronista literaria del New York Times, Janet Maslim: desde la aparición de Harry Potter, afirmó, "un autor no había logrado deleitar tan notoriamente conduciendo a los lectores por una cacería sin aliento".

La editorial española Umbriel pagó apenas 14.400 dólares -un verdadero regalo- por los derechos de publicar ese libro en idioma castellano. El texto, curiosamente, había sido rechazado por el director de colección de una editorial competidora. Como era previsible, ese editor poco sagaz fue licenciado un par de meses más tarde, cuando ese título trepó al primer lugar de ventas.

"El código da Vinci" aportará a Umbriel una ganancia estimada de 26 millones de dólares, cifra que representará la mitad de sus ingresos globales de 2004. Ansiosa por explotar esa veta, la editorial desembolsó 96.000 dólares más por los derechos de los tres libros que había escrito Dan Brown antes de alcanzar la gloria.

Pero cuando se abrió la puja por el próximo título que firmará Brown, editorial Planeta tuvo que firmar un cheque de 18 millones para asegurarse los derechos exclusivos en español. El libro, comprado a tapa cerrada, recién aparecerá en 2005.

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