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 sábado, 03 de abril de 2004

Las alternativas del arresto en vivo

Como era de esperar, la orden de captura de Giselle Rímolo y Silvio Soldán, entre otros, generó un escándalo mediático en algunos programas de televisión donde el caso se venía tratando con lujo de detalles.

Justamente, la televisión mostró anoche la insólita situación que se desató: en el programa de Mauro Viale, la vedette Silvia Suller -ex pareja y enemiga acérrima del locutor-, lloraba en el estudio de América TV por la suerte de su ahora amiga, Giselle Rímolo, y la producción logró comunicarse con Soldán.

Tras una pelea porque en el programa se habría difundido al aire el teléfono del ex conductor de "Grandes Valores del Tango", Soldán interrumpió drásticamente la comunicación: "Voy a ir preso. Todo esto lo inició hace mucho tiempo la señora Silvia Suller (a quien calificó como «la letrina que tenés al lado»). Te dejo porque creo que está llegando la policía", le dijo a Viale.

Entretanto, apenas unos segundos después, en vivo y en directo, un hombre de civil tocó el portero de la casa del barrio de Belgrano donde vive Soldán y, cuando le preguntaron quién era, la respuesta fue: "Sí, la policía".

Con esposas en la muñecas, el animador Silvio Soldán fue ingresado minutos antes de las 21 a una comisaría. Escondiendo las esposas con las mangas de una camisa, el conductor televisivo fue ingresado al interior de la sede de la calle Mendoza al 1200, de Belgrano, a bordo de un Peugeot blanco en el que iban varios policías.

Junto a él entró el abogado Miguel Angel Pierri, quien lo representa desde su "separación" de la falsa médica Rímolo, cuyo arresto también dispuso el juez.

Aunque se creía que no iba a tener contacto con la prensa, los periodistas pudieron acercarse al locutor para tratar de obtener alguna declaración. Pero lo único que Soldán repitió varias veces fue: "¿Me dejan pasar?"

Muchos curiosos se habían acercado hasta la comisaría y le gritaron al locutor a su paso: "Te queremos, Silvio".

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