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 miércoles, 31 de diciembre de 2003

Un premio concedido a sabiendas de la denuncia
Gambacurta fue ascendido pese a que eran públicas varias imputaciones por violencia contra detenidos

Hace poco más de un año, el 16 de diciembre de 2002, este diario informó que Francisco Gambacurta estaba propuesto para ascender a comisario inspector pese a que estaba en curso una denuncia judicial en su contra por apremios ilegales. También se consignaba que el mismo oficial ostentaba un historial de denuncias por esos mismos delitos y que los relatos de las víctimas delataban una práctica coherente y repetida. Una de las denuncias, incluso, fue hecha pública en una rueda de prensa en el Concejo Municipal en 1995.

No obstante, mediante el decreto 0009/03 del gobernador Carlos Reutemann del 30 de enero de este año, Gambacurta recibió una promoción como premio, por recomendación de la Junta de Calificaciones de la policía y a instancias del ministro de Gobierno. La causa penal y los antecedentes del policía tenían estado público y no por ello hubo congelamiento del ascenso.

Gambacurta no está condenado. Un procesamiento es una medida provisoria y está sujeta a revisión en instancias superiores donde debe realizarse el juicio penal. Pero es un indicio de responsabilidad. Con su formulación y frente a los antecedentes adjudicados al mismo policía, queda demostrada la reprochable idoneidad del régimen que regula los ascensos en la policía de la provincia.

El 18 de octubre de 1995, Rubén Orellano, de 18 años y sin antecedentes, denunció en una fiscalía que Gambacurta -entonces jefe de la sección Robos y Hurtos- lo había sometido a tormentos durante la "investigación" del sonado robo de boqueteros a la sucursal Arroyito del Banco de Santa Fe. Orellano, que fue liberado el mismo día, dio un testimonio resonante ante todos los medios reunidos en el Concejo Municipal. "Los puñetazos los recibí de Gambacurta y sé que era él porque otros lo nombraban y además en ese momento yo no tenía los ojos vendados. Sé perfectamente como es. Alto, como de 1,75 o más, grandote, de pelo oscuro, con algunas canas. Llegaron a mojarme y a acostarme sobre una cama a la que le sacaron el colchón y también me pusieron una bolsa en la cabeza, y mientras eso pasaba yo vi como a mi cuñado (Omar Pared) le sangraba el labio y le hacían submarino seco (método para provocar asfixia colocando una bolsa en la cabeza).

En mayo de 1995 también denunció a Gambacurta por lo mismo -tormentos físicos para hacerse cargo de un robo- Eduardo Graciadío, quien en una causa por ese delito terminó sobreseído.

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