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 sábado, 20 de septiembre de 2003

Reconstruyeron el corazón de una beba de 23 días y poco más de un kilo de peso
Hazaña médica salva a recién nacida
Un equipo de 26 profesionales le separó los ventrículos y le implantó una aorta en apenas una hora

Un equipo de 26 médicos reconstruyó el corazón a una beba de 23 días de edad y apenas 1,300 kilo de peso, en una operación de alta complejidad que no tiene antecedentes conocidos en el país. La intervención quirúrgica terminó ayer en el hospital municipal Pedro de Elizalde, del barrio porteño de Constitución, indicaron voceros de la Secretaría de Salud de la ciudad de Buenos Aires.

La operación se tuvo que realizar el miércoles pasado en sólo una hora, ya que la niña quedó en paro respiratorio, pero su tórax estuvo abierto hasta ayer debido a que se necesitan 48 horas para que el corazón se reacomode en el pecho, detallaron las fuentes.

La beba sufría una malformación por la que se le comunicaban los ventrículos, a la vez que le faltaba la arteria pulmonar. Los médicos la fabricaron con un injerto donado que, aunque era grande para la niña, funcionó bien.

El jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular Infantil del Hospital Elizalde, Florentino Vargas, indicó ayer que la niña, llamada Guadalupe, "evoluciona favorablemente, dentro de los parámetros esperados para esta enfermedad y del riesgo habitual para una operación de esta complejidad".

El especialista precisó que la niña padecía una malformación denominada tronco arterioso tipo II, por lo que fue derivada al Elizalde (ex Casa Cuna) desde una clínica privada donde había sido internada por indicación de su obra social.


Un caso raro
La Secretaría de Salud explicó que no existen antecedentes de este tipo de intervenciones en la Argentina y no se conocen registros exitosos en la literatura médica internacional para pacientes con el peso que presentaba esta beba.

La niña llegó al hospital, dijo Vargas, "en estado crítico y con una severa insuficiencia cardíaca que le impedía crecer", por lo que "en menos de una semana se resolvió operarla".

La malformación se caracteriza por la ausencia de conexión entre el corazón y las arterias pulmonares, ya que estos vasos nacen anormalmente de la aorta.

Del corazón nace un vaso único, la aorta, del que emergen las arterias pulmonares, y los ventrículos están comunicados, por lo que se empobrece la calidad de la sangre y la presión sanguínea no alcanza a cubrir con su irrigación a todo el cuerpo.

Por tratarse de una beba que no crece y tiene todas las características de una prematura, la principal dificultad de los médicos fue el peso y el tamaño del bebé.

Aún en esas circunstancias, se realizó la operación a corazón abierto y los médicos trabajaron entre las diminutas cavidades y los vasos extremadamente pequeños.

En el caso intervino un equipo de 26 médicos y paramédicos, ya que la paciente fue tratada con hipotermia profunda, por la que le bajaron la temperatura a 16 grados y la pusieron en paro circulatorio.

La nena tuvo que ser sometida también a circulación extracorpórea y se le extrajo sangre.


Los pasos de la operación
La intervención comienza con un corte a lo largo de la aorta, por donde se abre el diminuto ventrículo derecho del corazón para colocar el parche que separe las cavidades a la derecha y a la izquierda.

Después se separaron las arterias pulmonares que se conectaron al corazón mediante una prótesis o injerto de aorta de un cadáver que entregó el Banco de Organos de Centro Unico Coordinador de Ablación e Implante de la provincia de Buenos Aires (Cucaiba).

El injerto que se consiguió tiene un diámetro de 7 milímetros, por lo que se destacó que a la nena "le quedó grande".

La evaluación cardiológica post operatoria inicial es muy satisfactoria, ya que funcionaron los dos circuitos sanguíneos.

Pero aún así, el tórax quedó abierto hasta ayer para que el corazón se acomode en la diminuta cavidad que dispone.

Esta operación, dijo la Secretaría, permite vislumbrar un gran progreso en el tratamiento de las enfermedades cardíacas del recién nacido, aún tratándose de pacientes de muy bajo peso y con complejas anomalías cardíacas. (Télam)

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