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 sábado, 16 de agosto de 2003

Divina Gloria y Alejandra Rubio presentan "El instituto", de Jorge Leyes
Una obra que se anima a bucear en las oscuridades del alma argentina
La pieza transcurre en un lugar que mezcla clínica, campo de concentración y salón de belleza femenina

Rodolfo Bella / La Capital

Divina Gloria y Alejandra Rubio presentan la obra "El instituto" hoy, a las 21, y mañana, a las 19, en el teatro Empleados de Comercio, Corrientes 450. La pieza pertenece a Jorge Leyes, un autor que en los 90 formó parte del grupo Caraja-jí, junto a Alejandro Tantanián, Rafael Spregelburd y Javier Daulte, nombres que marcaron una renovación en la dramaturgia argentina. También fue coguionista de los programas "Gasoleros", "Primicias" y "Son amores", y autor del guión cinematográfico de "Alma mía". La música es de Charly García y la dirección de Roberto Castro.

La obra presenta como eje temático la relación entre una enfermera y una paciente en un lugar extraño, mezcla de clínica, campo de concentración y salón de belleza, donde, según la óptica del autor, se ponen en evidencia mecanismos de poder y sometimiento.

"El instituto", según aseguraron las actrices, es difícil de clasificar. En principio, los personajes no tienen nombre propio. Gloria es Enfermera, y Rubio, Ella, una mujer que ingresa a una clínica con la finalidad de encauzar sus desbordes. El sitio al que es destinada tampoco puede ser identificado con precisión y resiste identificaciones de lo más diversas, que van desde un campo de concentración hasta un salón de belleza. Lo que queda claro, es que quienes ingresan allí no serán los mismos al finalizar el tratamiento.

Gloria, quien entiende este trabajo como un crecimiento personal y profesional, aseguró que uno de los puntos más intensos de la dramaturgia es la posibilidad de intercambiar roles: "En un punto los dos son lo mismo porque la enfermera en algún momento también fue paciente y las dos pasaron por experiencias similares".

Por su parte, Rubio explicó: "Se supone que mi personaje es la víctima, la enferma. Ingresa para ser adiestrada, modificada en alguna faceta de su personalidad, para salir de allí con un nuevo poder, con todo lo que implica el poder cuando es mal utilizado".

El ejercicio del poder es un tema central del texto. Ambas responden al señor Guiraldes, un personaje que junto a otro llamado Mabel, nunca aparecen en escena. Las dos actrices señalaron que ese poder es más siniestro por su ausencia y porque excepcionalmente tiene nombre propio. Ella y Enfermera son parte de un pasaje por la clínica que, además, acaba con la personalidad para ponerlas al servicio de alguna instancia superior y temeraria.

"Mi enfermera -contó Gloria- es el típico sorete que tiene poder y que puede ejercerlo frente a otro que está un poco peor que él, y eso te causa gracia. Lo siniestro es que eso ocurre en una situación como de instituto de belleza, mostrando cremas y lociones, mientras hablan de cosas terribles como arrancarles las orejas a los hijos con los dientes".

El sometimiento de quienes ingresan a ese espacio, produce una transformación de los personajes en algo que, finalmente, nunca será lo que ellos desean ser: "Creo que todos somos un poco producto de eso -reflexionó Gloria-. Inconscientemente nos vamos rehaciendo cada vez en una cosa cíclica para ver en cada nuevo encuentro qué se espera de nosotros. Me parece que todos nos comportamos de alguna manera así sin darnos cuenta. El resultado, en el caso de Ella, es que supuestamente pasa a una instancia superior, a la cima, pero puede ser la cima de la nada".

Las dos actrices aseguraron que abordar un tema como el que propone el entrerriano Leyes fue un riesgo, pero al mismo tiempo, algo difícil de resistir. Ambas participaron de la tira "Costumbres argentinas" y aunque no reniegan de la posibilidad de trabajar en televisión, coincidieron en que el teatro permite asumir desafíos como el de "El instituto".

"A diferencia de lo que puede ocurrir en tele -dijo Rubio- en teatro siempre abordo materiales peligrosos, movilizantes. Creo que mi función es comunicar desde el escenario lo que me parece que es importante". Gloria explicó que aunque este trabajo está ligado en algún punto con su pasado under, es también una forma de crecimiento: "No queríamos hacer un Neil Simon -subrayó-. La propuesta vino por otro lado, por querer bucear en la oscuridad del alma".

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La obra cuenta con música de Charly García.

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