La luz roja se va atenuando

Mariano Bereznicki / La Capital

La incómoda situación que lo envuelve lo lleva a exigir su potencial futbolístico a fondo. Las jornadas continúan con su acelerado proceso de cuenta regresiva. Pero Tiro Federal trata de estirar un poco la apretada soga que pesa sobre su cuello en cada performance. Y en las últimas cuatro fechas lo viene logrando. Como anoche en rodeo ajeno, ante un limitado Platense. Con la victoria clara por 3 a 0, los Tigres lograron disminuir la intensidad de la luz roja del descenso que lo venía encandilando desde principio de campeonato. Y quedó ahí de zafar hasta de la Promoción.

La balanza se inclinó tempranamente sobre el sector del Calamar pero cuando los Tigres calentaron motores y comenzaron a exponer lo que habían leído del libreto del Chaucha Bianco, las acciones de riesgo comenzaron a cotizar alto en su ofensiva.

Porque en el mediocampo se imponían Toledo y Vilce, y Armani y Carnero se las ingeniaban para poner en aprietos a los desarticulados defensores anfitriones.

La primera emoción seria de la noche la protagonizó Vilce, quien hizo vibrar el palo izquierdo cuando transcurrían veinte minutos. Pero al rato nomás, Croce lanzó un córner y David Charles Pérez cabeceó con total impunidad silenciando Vicente López.

A partir de este gol llegó el control y la calma se instaló por completo en las huestes tirolenses, porque el medio visitante seguía imponiéndose sobre Rojas y Alvarez. Tiro pudo ampliar porque lo tuvo Carnero en dos ocasiones. Toledo también contó con su minuto de fama dos veces consecutivas. Y con el adicional en puerta, fue Carnero el que se encargó de sentenciar el 2 a 0.

El complemento fue monopolio tirolense, pese a algunas incursiones de Platense sobre Silvonei. Pero a los 7 minutos Armani fue el culpable de los reproches ajenos hacia sus jugadores. El goleador definió con toda su categoría desde afuera del área por encima de Abrahm. Golazo.

Si bien el cotejo estuvo paralizado unos instantes por la impotencia de los hinchas locales, el trámite se normalizó y el curso de la historia prosiguió su camino.

Cuando el juez Brazenas sentenció el final, una luz de esperanza pareció filtrarse entre la inmensa oscuridad para iluminar a los Tigres, que lograron engordar su raquítico promedio y abandonar, gracias también a la derrota de Ben Hur en Rafaela, la zona del descenso. l