Sarkozy se impuso en su pulseada con los sindicatos

El presidente francés ganó la larga tenida con los ferroviarios estatales tras 9 días de huelga

Angela Charlton / AP

París. — El presidente francés Nicolás Sarkozy se centró en una batalla que podía ganar, dividió a la oposición y salió airoso tras nueve días de huelga del transporte público.

   Empero, las tensiones continuaron pese a la reanudación del servicio ferroviario. Los piquetes de estudiantes en huelga recurrieron a la violencia y obligaron a las autoridades académicas a clausurar la Sorbona (ver aparte).

   Sarkozy logró una imprescindible victoria para su amplio programa reformador al no ceder ante los empleados ferroviarios, opuestos a la modificación de sus retiros y jublaciones para equipararlos con el resto de la sociedad. “Me comprometí con esta reforma, como prometí”, afirmó ayer a la noche, henchido de confianza.

   El jueves, los ferroviarios acordaron volver al trabajo con la promesa de que las negociaciones podrían suavizar — aunque no anular — las reformas previsionales del presidente.

   Con su firmeza ante los ferroviarios en paro, Sarkozy espera terminar con la tendencia gremial francesa de recurrir a la huelga, al igual que hizo la primera ministra británica Margaret Thatcher en su día con los mineros del carbón o el fallecido presidente estadounidense Ronald Reagan a poco de subir al poder con los controladores aéreos en la década del 80.

   Sarkozy insertó cuidadosamente una cuña entre los sindicatos moderados y los más extremistas durante la huelga, y la oposición socialista fue incapaz de resistir sus tácticas metódicas y calculadas. A final, el mandatario confió en que los sindicatos “preferirán siempre en el futuro las negociaciones en lugar del enfrentamiento”.



“Se impuso la razón”. “Ahora que la huelga llega a su fin, cuando se ha impuesto la razón, mi simpatía está con esos millones de franceses que se sintieron rehenes en un conflicto que no les concierne”, afirmó el mandatario, en referencia a los sufridos usuarios de trenes y subtes.

   Francia cuenta con cinco millones de agentes estatales, una cifra exagerada según el presidente, que constituye un lastre para la productividad y prosperidad del país en una economía globalizada. Sarkozy propone reponer un cargo de cada dos empleados que se jubilen. Esto motivó la huelga del sector por 24 horas.