Tapitas, juegos y ecología

Un original proyecto que comenzó con una propuesta lúdica con tapitas de gaseosas derivó en una verdadera campaña ecológica. En el medio los chicos aprendieron a valorar el trabajo cooperativo, la convivencia y el cuidado del medio ambiente. La iniciativa surgió de la maestra de matemática y ciencias naturales, Natalia Incio, de los 5º y 6º grados de la Escuela San Antonio María Giannelli.

“Todo comenzó con la idea de pensar recreos diferentes, con juegos tranquilos”, dice Natalia para luego explicar que sólo seis tapitas de gaseosas dieron el puntapié a una experiencia que llevó a los chicos a recolectar más de 20 mil al final del año escolar. “Los chicos hicieron verdaderas cadenas en sus hogares y en el barrio”, agrega. El proyecto se denomina “Tapitas, juego y recreo”.

Al principio y con lo recolectado se armaron juegos como el Ta Te Ti, de palabras, similares al memotest y hasta figuras, frases y diferentes estructuras. Los recreos invitaron así a llenar de colores el patio de la escuela y los salones, y a que todos participaran de esta invitación que pretende además “revalorizar juegos tradicionales e inventar otros junto a la imaginación de los niños”.

Según explica la docente, la propuesta movilizó a los alumnos y sus familias para recolectar tapitas, “recorrieron el barrio y hasta comprometieron a los comerciantes de la zona”. Pero además, el juego no dejó afuera otros aprendizajes al relacionarse con otras enseñanzas como la matemática y la formación valores, todos expresados en trabajos plásticos y mensajes.

 

Vuelco inesperado

Lo inesperado de esta experiencia lo dio el vuelco que tuvo con el tiempo y que fue del juego mismo al cuidado del medio ambiente.

Se contactaron así con profesionales del Taller Ecologista que aportaron otros contenidos al trabajo emprendido en la escuela San Antonio María Giannelli. De esa misma vinculación surgió la propuesta de donar el total de tapitas reunidas al Emprendimiento Reciclaje Sur, una cooperativa de trabajo que se ocupa de recolectar este tipo de plásticos y evitar que terminen en los basurales.

La maestra que diseñó este proyecto, Natalia Incio, advierte la mayor conciencia por el respeto al cuidado del medio ambiente que alcanzan los chicos con este tipo de iniciativas, al tiempo que se pregunta cuánto más se lograría si más escuelas se contagiaran de propuestas similares.

Durante esta semana los chicos de los 5º y 6º grados organizaron una muestra para los padres y familiares de lo trabajado durante el año escolar con esta propuesta.

Los alumnos lograron reunir 20 mil tapitas que serán donadas a una cooperativa.