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 domingo, 18 de noviembre de 2007  
“Mi viejo estaba en contra de los golpes”

Miguel Pisano / La Capital

El entonces mayor Argentino del Valle Larrabure fue secuestrado el 2 de agosto de 1974 por un comando del ERP durante el copamiento de la Fábrica Militar de Villa María, en Córdoba. Luego de 372 días de cautiverio en una cárcel del pueblo de la zona sur de Rosario, donde bajó 47 kilos, Larrabure fue asesinado por ahorcamiento, según consta en la autopsia de la causa judicial.

“No está muy claro por qué lo secuestraron; lo estamos tratando de investigar. El era el número 2 de la Fábrica Militar, pero además era una persona de un talento admirable, al punto que una idea suya después terminó siendo el Polo Petroquímico de Bahía Blanca”, recordó su hijo Arturo.

   “Mi viejo representa el único caso en la historia del Ejército Argentino en el que un oficial fue ascendido cuando estaba cautivo”.



Ascenso. Arturo precisó: “Llegó la época de ascenderlo o no y se preguntaron qué hacemos con Larrabure ¿Vive o está muerto? Y lo ascendieron a teniente coronel cuando estaba secuestrado, y a coronel post mortem”.

   “Sería entendible que el crimen de tu papá no fuera investigado por el Poder Judicial de un gobierno democrático como el del 73, que era antimilitar. Sería entendible políticamente, pero después del golpe tampoco lo investigaron. ¿Por qué no lo investigan? Porque los militares salieron y mataron a todos los que mataron a tu papá. Y a los que estuvieron en el operativo también los mataron, con lo cual también son crímenes de lesa humanidad. Los militares jamás deberían haber dado un golpe de Estado en este país. Ellos aducen que el país era un caos y que los llamaron para dar el golpe, pero es mentira porque faltaban seis meses para las elecciones. Se quedaron con un poder que no les correspondía, y en el Código Militar eso se llama sedición y se castiga con pena de muerte. Y la gran pregunta es por qué nunca un militar argentino fue juzgado por sedición”, advirtió Razzetti.



Perón y la Triple A. “Cuando secuestraron a mi viejo yo tenía 15 años. Vivíamos en el barrio de la Fábrica Militar, que queda a ocho kilómetros de Villa María. Allí hacían la pólvora y muchas cosas más porque las fábricas militares no sólo hacían armamentos sino, por ejemplo, fabricaban barnices de pinturas, con toda esta cuestión del nacionalismo”, memoró Larrabure.

   Razzetti le pregunta a Larrabure qué opinaba su padre de los golpes de Estado, y el hijo del militar revela que no le gustaban. “A él le decían el Vasco. Lo van a ver a través de sus escritos. Era un tipo muy tranquilo, muy sereno, muy analítico de la situación. El coincidía, como yo también, en que los golpes no deben realizarse. Hay que buscar dentro de esta democracia incipiente todavía, porque llevamos veintipico de años y no hemos aprendido; estamos aprendiendo todos los días. Vemos cómo se va a purificando. Esto que estamos viviendo no es lo ideal, pero tenemos que seguir aprendiendo a votar. Rosario ha hecho un cambio trascendente en esta última elección, ha sido distinto al común de la Argentina. Pero no puedo decir qué ideas políticas tenía mi padre porque con 15 años nuestros temas de conversación eran otros.

   —¿Larrabure era un militar peronista?

   —No, no lo sé, pero se emocionó cuando Perón volvió e hizo un discurso; se le cayeron las lágrimas. Cuando murió Perón, el 1º de julio del 74, se emocionó porque era un hombre muy emotivo. Creo que la figura de Perón es emblemática para la Argentina: tres gobiernos, 18 años proscripto. Y creo que a la Triple A la creó él, no la creó López Rega.

   Razzetti coincide: “Estoy seguro de que la creó Perón”.

   Para Arturo, ese es un punto importantísimo. “Estamos buscando y vamos profundizar una investigación histórica porque nosotros, los hijos, las víctimas, los que hemos quedado desamparados y marginados de este Estado, necesitamos que la verdad quede escrita como corresponde. Carlos Raimundo Moore fue un integrante del ERP que fue detenido por el copamiento y que después se escapó, por eso pedimos su detención”.

   Larrabure concluye: “Ni yo ni vos podemos transferir nuestro dolor. Nos criamos sin padre. Mi mamá falleció hace seis años, pero no se sobrepuso nunca. Con mi hermana tuvimos que hacer de padre y madre. Son golpes de los que no te recuperás más”.
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