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domingo,
18 de
noviembre de
2007 |
Opinión: El Vasco cambió el discurso
Luis Alberto Yorlano / Especial para Ovación
Fiel a su estilo, como cuando fue intendente de la ciudad, Horacio Usandizaga no solo tomó posesión de la presidencia de Central, sino que además ha demostrado que nada se hará sin su aprobación. Quedan pocas dudas que sus pares de comisión serían en las reuniones simples oyentes de sus ideas de cómo manejar al club en este tránsito por la cornisa económica y futbolística. Con respecto a las gestiones que hará personalmente en Capital Federal tal como lo asegurara en la campaña ¿tendrán los demás miembros el tiempo para regalarle al club? ¿Viajarán con él o solamente harán un llamado telefónico para saber cómo están las cosas? Ya están apareciendo algunas caras largas, pero les guste o no, tendrán que entender que las elecciones las ganó él y deberán aguantar su fuerte personalidad.
Ya empezó a meter presión a los acreedores de la convocatoria y a sugerir sustituir los embargos por el estadio, y como la Argentina es el mundo del revés, los que pusieron la plata serán los responsables y los que las tomaron están vivitos y coleando. Un empresario de los medios ya salvó el estadio en el 1989/90 y hoy ocurriría lo mismo, aunque lo más grave es que lo señalan como culpable de la situación y nunca cobró un peso. Esto ya lo hizo una vez Vesco. Además de no pagarle los dejaba mal parados. Por estas travesuras los bancos dejaron de dar dinero a los clubes.
Sería saludable para el club y para el fortalecimiento de su gestión, que en lugar de realizar una asamblea para cambiar los embargos por el Gigante, se la utilizara para que cada miembro de la comisión firmara un acta de compromiso para responder con su patrimonio las deudas que se generen en la gestión. Esta actitud daría más confianza a los inversores para colaborar con el club. Esto es lo que se hizo en Boca y Lanús.
El fútbol tiene códigos que no conocía. Se muestra seguro, pero con más cautela que en el discurso de campaña. No faltó a la verdad cuando dijo que tenía el nombre del técnico. Pero una cosa es el nombre y otra su contratación. Es posible que también tenga los nombres de los refuerzos, pero antes deberá hablar con intermediarios y representantes y lo sorprendente es que son los mismos que le manejaron el fútbol al escribano. Y en las inferiores solapadamente llegan los de guantes blancos que ya estuvieron. Tampoco se escuchó más que iba a entrar a los vestuarios para hablar con los jugadores si fuesen perdiendo. Alguien le habrá dicho que no era conveniente esa manera de conducirse en el fútbol, y menos meterse en la intimidad de un vestuario. Dijo que entre jueves y viernes Central tendría técnico, ahora dice que será en diciembre. Una cosa es el discurso y otra la realidad. La política es distinta al fútbol. Siendo intendente le tomaban examen cada cuatro años, ahora como presidente de Central, cada siete días.
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