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 domingo, 18 de noviembre de 2007  
Una disparidad que genera injusticias
Las diferencias de los montos de las indemnizaciones crean incertidumbre y resultan perjudiciales

Dalmacio Chávarri, docente de la cátedra de Derecho Civil de la Facultad de Derecho de la UNR (Universidad Nacional de Rosario) y futuro fiscal de Estado de la provincia designado por el gobernador electo Hermes Binner, no dudó en afirmar que “hay una gran disparidad en los montos de las indemnizaciones que otorgan los juzgados, y esto resulta perjudicial para el demandado y demandante”.

   “Es que estas disparidades —consideró— crean situaciones de incertidumbres e injusticias, porque ante la misma situación en condiciones iguales se pueden cobrar indemnizaciones muy distintas producto de que los jueces las valoran en forma totalmente diferente. Todo depende de qué juzgado tenga la causa. Y en Buenos Aires, por ejemplo, se otorgan indemnizaciones por muerte muchos más altas que en la provincia de Santa Fe; los tribunales son más generosos”.

   Chávarri explica que uno de los aspectos que se tienen en cuenta para calcular un resarcimiento por muerte es el lucro cesante. Es decir, se establece una ecuación que contempla los ingresos que se ve privada de recibir la familia directa por la muerte de esa persona (se valoran datos objetivos que tienen que ver con la edad, ingresos, expectativas, entre otros). Y otro rubro que forma parte de la indemnización, ya más subjetivo, es el daño moral que produce la pérdida de esa vida.



Cuestión clave. “En el daño moral, justamente, es donde se da la mayor dispersión a la hora de establecer los montos de las indemnizaciones. No existe un criterio uniforme en este aspecto. Por ello, hay jueces que hablan de establecer algunas formas de ponderación que sin que sea obligatoria siga de alguna manera una especie de estimación tarifaria judicial, que se vaya formando una especie de tabla, donde en principio no hay mayor valor que la pérdida de un hijo”, subrayó el catedrático.

   De esta manera se podría fijar un piso económico igualador para terminar con la total discrecionalidad y disparidad de criterios que existen hoy en día entre los distintos jueces. Y en comparación con los países desarrollados, las indemnizaciones por muertes son bajas. Chávarri aclara que “en Europa o Estados Unidos todas las actividades están aseguradas, entonces es muy diferente. Así, en todos los casos los familiares de las víctimas cobran más que en Argentina; claro que los ingresos de sus habitantes también son mayores”.

   La empresa Air France, por tomar un caso, pagó 1.500.000 dólares (4.800.000 pesos) a los familiares de cada una de las 113 víctimas fatales del accidente del 25 de julio de 2000 en el que se cayó el súper avión Concorde después de despegar del aeropuerto parisino Charles de Gaulle. Muy, pero muy lejos de las cifras que se manejan en Argentina.
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