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domingo,
18 de
noviembre de
2007 |
Un parto a la luz de las velas y la carencia
Una anécdota que pinta la realidad de Santa Lucía ocurrió hace unos meses. El parto de una joven era inminente, tanto que no había tiempo para recorrer los laberintos que comunican al barrio con el resto de la ciudad. Lo más lógico para la mujer fue acudir al centro de salud municipal. Pero, como suele suceder en el barrio, no había luz ni generador. En este tipo de urgencias se activan otros mecanismos.
“Empezamos a juntar velas entre los vecinos hasta que conseguimos una batería de auto con un reflector, que alguien tiene para usar en estos casos como si fuera un generador”, relató Gabriel Rodríguez. La anécdota, coronada con la imagen de un bebé naciendo en una camilla rodeada de velas y solidaridad, muestra cómo los lazos sociales en este barrio se fortalecen ante la adversidad.
Pero también muestra la vulnerabilidad de sus habitantes. Y eso es lo que resaltan los médicos del centro de salud: porque en los últimos meses hubo cuatro partos allí, en un lugar que “no está preparado para eso”.
Como resignados, los vecinos de Santa Lucía se acostumbran a hacer lo que pueden: aunque deban dar a luz a pesar de los reitrados cortes de energía eléctrica.
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