Niegan en la Casa Gris un acuerdo verbal con Binner

La Casa Gris sintió ayer el impacto. Sus operadores buscaron hacer saber a los periodistas (sobre todo amigos) que el gobernador Jorge Obeid no había llegado al “acuerdo verbal” con Hermes Binner para modificar la ley de ministerio que revelara la vicegobernadora electa, Griselda Tessio.

   Los peronistas, enojados como están con Obeid, creen a medias que no hubo un compromiso para permitirle a Binner tomarles juramento a todos los ministros que quiere nombrar. Piensan que pudo haber una media palabra por cortesía. Cualquiera haya sido la variante no hizo más que reavivar la interna peronista y el temor a la impronta abolicionista con que el PS asusta a los senadores.

   Los peronistas coinciden con los socialistas en que las reformas que se buscarán introducir a la ley de ministerios no son meramente formales. No pasan por cambiar nombres o cantidad de carteras sino que se trata de crear una norma fundacional para que el próximo gobierno pueda poner en marcha su plan de gobierno.

   Para los peronistas, sobre todo los próximos senadores de esa extracción, es ni más ni menos que una sentencia a plazo, toda vez que ven en esa norma la creación de una serie de áreas que permitirá poner en marcha la regionalización prometida por el gobernador socialista.

   Un primer paso, temen los peronistas, que sirva para avanzar en el desguace de la Legislatura eliminando el Senado. Algo que se han juramentado resistir hasta el último aliento.

   Si para algo sirvió la revelación que hiciera Tessio el martes fue para demostrar que los socialistas no saben aún cómo harán para ampliar de 8 a 12 los ministerios provinciales y sobre todo cambiar sustancialmente sus funciones. Que antes de asumir o después podría resultar una tarea tan ardua como demorada. También que la voluntad, disposición y decisión en el peronismo, prometida o no, podría estar lejos de ser enteramente comedida.