Año CXXXVII Nº 49650
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
El Mundo
Opinión
Cartas de lectores
Escenario
Policiales
Mundo digital



suplementos
Ovación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 04/11
Mujer 04/11
Economía 04/11
Señales 04/11
Educación 03/11
Página Solidaria 17/10
Estilo 06/10

contacto

servicios
Institucional

 jueves, 08 de noviembre de 2007  
Viajeros del Tiempo
Rosario 1905/1910

Guillermo Zinni / La Capital

“Todos tenemos que morir algún día”. Señor director de La Capital.- La información que publicó el diario en su número de ayer referente a una enferma de hidrofobia es completamente errónea. Se trata de una pobre mujer ignorante que fue mordida por un perro rabioso y que se presentó en el Laboratorio Antirrábico para ser atendida. Allí se la sometió a un tratamiento preventivo, como se hace con todos los enfermos, y más aún cuando se trata, como en este caso, de heridas graves. Debía por esto último recibir 26 inyecciones, pero después de la quinta se negó a continuar el tratamiento alegando que no tenía tiempo para venir a las horas convenientes y que las inyecciones eran muy dolorosas. No obstante que le explicamos muy claramente que corría peligro de muerte si no se curaba, la mujer se negó a concurrir dando como única respuesta la de que “todos tenemos que morir algún día”. Cuarenta y tantos días después estalló la enfermedad sin que fuera posible hacer ya nada y siendo por consecuencia inútil que se concurriera al domicilio de la paciente. Ruego al señor director quiera hacer conocer estos datos y evitar así que sufra injustamente el nombre de esa prestigiosa repartición. C. Muniagurria, director”. (1909)



Nota: La información del día anterior sostenía que “la señora Dolores de Romero, domiciliada en Pellegrini 1224, hace 42 días fue mordida por un perro rabioso en un dedo de la mano. De inmediato fue a la Asistencia Pública, donde se le dieron las inyecciones preventivas del caso, pero en el transcurso de la cura la parte inyectada se le inflamó a tal punto que todo hizo suponer que se había empleado una lanceta infectada. La enferma fue de mal en peor y tuvo que requerir el auxilio de varios médicos que no eran de la Asistencia. Estos facultativos poco y nada pudieron hacer ante el avance de la enfermedad, y la mujer dejó de existir después de indecibles angustias y dolores”.

[email protected]

bienvenidosviajerosdeltiempo.blogspot.com
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados