Año CXXXVII Nº 49650
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
El Mundo
Opinión
Cartas de lectores
Escenario
Policiales
Mundo digital



suplementos
Ovación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 04/11
Mujer 04/11
Economía 04/11
Señales 04/11
Educación 03/11
Página Solidaria 17/10
Estilo 06/10

contacto
servicios
Institucional

 jueves, 08 de noviembre de 2007  
Suiza: polémica por la eutanasia tras muerte de dos alemanes

Ginebra.- La organización suiza Dignitas es controvertida desde hace años por posibilitar suicidios asistidos, aunque siempre lo hace en el marco de la ley.

Sin embargo, un informe reciente de la televisión suiza sobre la asistencia al suicidio de dos alemanes hallados en un estacionamiento de un bosque en la población de Maur, cerca de Zúrich, desató una ola de indignación.

Los dos hombres, de 50 y 65 años, provenían de los estados alemanes a Baviera y Baden-Wurtemberg, en el sur del país.

La eutanasia activa está prohibida en Suiza. Pero, bajo la ley suiza, una persona con una enfermedad terminal que quiera morir puede recibir las drogas necesarias para ello, aunque las debe ingerir voluntariamente.

Bruno Sauter, alcalde de Maur, una localidad de 9.000 habitantes, calificó de “despiadada y de mal gusto” las muertes en el coche. No es la primera vez que Sauter se las tiene que ver con la eutanasia.

En su región vive el fundador de Dignitas, Ludwig Minelli. El hombre, hoy de 75 años, al parecer ya ayudó en una ocasión a morir en su coche a una alemana. Y lo hizo delante de su casa. Al menos así lo informó estos días el diario “Blick”.

“Ahora Dignitas fue demasiado lejos”, se quejó un parlamentario suizo en declaraciones a la radio y anunció que propondrá nuevas iniciativas contra lo que ya se conoce como “turismo de la muerte”.

Minelli rechazó las acusaciones en un comunicado: Las actuales dificultades que tiene Dignitas se remontan a “las prohibiciones ilegales de algunos consejos municipales” de algunas comunidades en los alrededores de Zúrich, señaló.

“Mientras tanto, Dignitas no tiene ninguna otra opción que ofrecerle a los miembros, que quieren acabar con su vida, hacerlo en un hotel suizo”. Y si alguien prefiere el auto a una habitación de hotel, la organización debe aceptarlo.

La muerte en un estacionamiento también es criticada por Urs Gerber, dueño de una funeraria, que admite que en este negocio se suelen experimentan situaciones extrañas. Sin embargo, lo de sacar un cadáver de un coche y recostarlo en el suelo le parecen “condiciones indignas”.

A muchos les parece muy probable que lo que Minelli quería hacer era provocar. Después de todo, en las últimas semanas Dignitas apareció bastante en los medios porque cada vez más comunidades de los alrededores de Zúrich se niegan a dar el permiso para las llamadas “habitaciones de la muerte” en viviendas de alquiler.

Hasta esas habitaciones el jefe de Dignitas llevaba a sus clientes y les suministraba el cóctel letal, que luego debían ingerir ellos mismos, sabiendo perfectamente lo que estaban haciendo.

En muchas zonas residenciales, sin embargo, hubo protestas porque constantemente se veían ambulancias o coches fúnebres. Finalmente, Dignitas se trasladó a zonas industriales. Pero también allí hubo una fuerte resistencia. (DPA)
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados