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jueves,
08 de
noviembre de
2007 |
¿Un concepto difícil de entender?
El jueves pasado tuve un pequeño accidente laboral y el profesional de Urgencias que asistió a la empresa sugirió que confirme la situación de mi pie con una radiografía. Sugirió que vaya al sanatorio más cercano y llegué, azarosamente, al Sanatorio Americano. Tal vez sus profesionales sean excelentes, pero su servicio de atención al público y su política de no contar con traumatólogos de guardia los días jueves deja mucho que desear. ¿Acaso uno puede decidir cuándo sufrir un accidente? Contar con una guardia implica poder atender urgencias, y las urgencias surgen cualquier día, a cualquier hora... y requieren acción inmediata. Si alguien necesitara un turno, llamaría para solicitarlo y elegiría a un profesional determinado. En un caso de urgencia es imposible llevar a cabo este proceso, pero tampoco se puede atestar de turnos de urgencia a un profesional que ya tiene un día de trabajo planificado. Si la institución no cuenta con un servicio adecuado, se debe indicar al paciente (tal como hicieron dos horas más tarde, después de idas y venidas con mi esguince) que debe dirigirse a otra institución. Pero eso no es todo, atender al público en un sanatorio implica atender personas asustadas, pacientes que requieren cortesía, respeto y calidez (no es un lugar que se visita por placer, sino por problemas de salud). Si el personal de atención al público simplemente está calificado para tratar con números y credenciales, definitivamente insto al sanatorio a reconsiderar el alcance de ese puesto. Agradezco al Sanatorio de los Arroyos por su buena predisposición y por la atención que recibí. Realmente, saben entender el concepto de guardia y más aún lo que implica la atención al paciente.
Angelina Tapias
[email protected]
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