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sábado,
03 de
noviembre de
2007 |
Una jornada plagada de gestos hacia el justicialismo
A Hermes Binner no le resultan ajenas las ciencias de la comunicación. No es la primera vez que el gobernador electo hace gala de conocer y moverse con solvencia en el campo de la semiología de la gestualidad. Y ayer volvió a demostrarlo en la ceremonia en la que las autoridades provinciales electas recibieron de mano de las autoridades electorales el diploma que se les acredita su condición de tal.
De todos modos, la oratoria no es un fuerte del próximo gobernador aunque sí el discurso gestual (que los académicos llaman kinesia) tanto como la proxemia o las relaciones actitudinales expresadas en la distribución espacial de personas, objetos y mobiliario, según lo que quedó demostrado ayer.
Binner no habló (lo hizo Falistocco) y pese a que su actuación no varió en nada respecto de la de los demás por cuanto subió recibió el diploma y bajó (como hicieron las otras 70 autoridades) se las arregló para convertirse en el centro de la atención que, por su accionar, se desplazó desde el escenario del teatro a la primera fila de las butacas en un manejo proxémico que llamó la atención.
Abrazo multipartidario. ¿Qué hizo el socialista? Luego de recibir su diploma, porque fue el primero, y bajar del escenario no dejó pasar a ninguno de los demás. En cada caso se paró, saludó a la vice, a los diputados y senadores electos, sin importar el origen partidario de éstos. De ese modo convirtió en noticia su efusivo abrazo con los senadores reutemistas Ricardo Spinozzi y Juan Carlos Mercier, con el díscolo radical antifrentista, Felipe Michlig, por citar algunos ejemplos.
O Binner conoce de la materia o tiene un equipo de asesores calificados que ayer supieron cómo alzarse con la atención del acto desde que empezó hasta que terminó.
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