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sábado,
03 de
noviembre de
2007 |
Cristina arrasó en Gualeguaychú
En Gualeguaychú, la ciudad entrerriana que convive desde hace cuatro años en la lucha contra las pasteras Botnia y Ence, cuna de los cortes de ruta y de un profundo enojo con el gobierno de Néstor Kirchner, Cristina Fernández ganó por un amplio margen.
En la ciudad anti-papeleras, la primera dama y ahora presidenta electa se impuso con comodidad. El domingo pasado, menos de tres días antes del último sacudón que sufrió el conflicto con la contramarcha de Uruguay para autorizar la apertura de la fábrica, la primera dama cosechó el 37,55 por ciento de los votos, según los últimos datos difundidos por el Ministerio del Interior.
Detrás quedaron, en una fila con diferencias ínfimas, Roberto Lavagna, Elisa Carrió y Alberto Rodríguez Saá. El candidato de UNA obtuvo el 17,88 por ciento, la postulante de la Coalición Cívica el 17,78 y el del Frejuli el 17,77. Estos números corresponden al departamento de Gualeguaychú, que contiene a otros municipios. En la ciudad de Gualeguaychú específicamente, Cristina Fernández se impuso por alrededor del 36 por ciento y se invirtió el orden del resto de los candidatos. Segundo quedó Rodríguez Saá (su ex compañero de fórmula, Héctor Maya, es entrerriano), tercera Carrió y último Lavagna. Todos con un caudal de votos que oscila entre el 16 y el 18 por ciento. Sólo en Gualeguaychu los electores habilitados fueron 59.150, de los que votó casi el 77 por ciento.
Carlos Elgart es politólogo y consultor en Gualeguaychú. Ante una consulta invitó a no evaluar las elecciones del domingo “como la foto de una escena, sino como un proceso histórico complejo”. En este sentido, recordó que el kirchnerismo viene imponiéndose en la ciudad desde las legislativas de 2005 y que la tendencia terminó de consolidarse en mayo de este año con la elección de Sergio Uribarri, el candidato oficialista a la Gobernación de la provincia de entre Ríos.
La encuesta realizada sobre 500 casos como resultado que Botnia aparece tercera entre las inquietudes de los sectores sociales más altos y quinta entre las de los más bajos. “Como ocurre con muchas otras cosas, las papeleras preocupan a quienes tienen más para perder”, señaló Elgart.
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