Condenada a casi 10 años de prisión por tráfico de drogas

Sandra Cardozo, una mujer detenida en la Unidad Nº 5 desde agosto de 2005, fue condenada por el Tribunal Oral Federal 1 a nueve años y medio de prisión por ser coautora de tráfico, tenencia y venta de estupefacientes. Esta fue la pena máxima aplicada ayer por el tribunal presidido por la jueza Laura Inés Cosidoy en el que se juzgó una causa por tráfico de droga, cuya pesquisa comenzó durante 2004. Además fue condenado a siete años de prisión Juan Antonio Ríos, cuñado de Cardozo, y otras tres personas recibieron penas inferiores a un año. Uno de los acusados fue absuelto.



Abandono de pareja. En este juicio aún quedan cuatro prófugos. Dos de ellos fueron señalados como los cabecillas de la banda que traficaba cocaína y marihuana, y que durante 2004 fue desarticulada por las delegaciones locales de Policía Federal y Gendarmería. Esteban Ríos y Marcelo Di Rosa no sólo están en la mira de los vigilantes al estar prófugos desde 2005: entonces eran también las parejas de Sandra Cardozo y Nilda Peña respectivamente, las dos mujeres que ayer escucharon en silencio sus sentencias en el banquillo, por varios cargos, entre ellos un allanamiento en un domicilio de Capitán Bermúdez donde se secuestraron 11 kilos de cocaína y 6,5 de marihuana.

   Los otros prófugos son dos hermanos de apellido Sommer quienes llegaron al juicio oral libres y fueron declarados en rebeldía el lunes pasado, cuando comenzó el proceso y ellos no se presentaron ante el Tribunal.



Solas y en problemas. En el ambiente de la sala del Tribunal Oral Federal Nº 1, todo hacía prever que el fallo sería condenatorio contra Sandra Cardozo. La mujer fue la única que llegó con prisión efectiva al juicio. Cardozo escuchó el veredicto del tribunal —integrado además por los conjueces Claudio Puccinelli y Adrián Spelta— contenida sólo por el bucito rosa que la abrigaba de una mañana desapacible.

   Nueve años y seis meses de condena y el pago de 9 mil pesos fue la pena más severa aplicada por el tribunal y se acercó a los diez años de pena solicitados el jueves por el fiscal Ricardo Vásquez. El cómputo de penas señaló que el 12 de febrero de 2015 podrá salir en libertad. “Esto es una injusticia”, se le alcanzó a escuchar a la mujer mientras era asistida por la abogada defensora Marta Macat. Tras escuchar la sentencia fue trasladada a la Unidad de detención Nº 5 de barrio Refinería.

   La segunda pena más severa fue para Juan Antonio Ríos. Lo encontraron culpable de tráfico y comercio agravado de estupefacientes y le dieron siete años con el pago de 7 mil pesos. A Ríos el fiscal Vásquez le había solicitado 9 años de prisión al encuadrarlo en una figura similar a la de su cuñada Cardozo. Pero Juan Antonio continuará en libertad hasta que la pena aplicada quede firme.



Alivio. La sorpresa mayor fue la pena de un año en suspenso y el pago de cien pesos a la que fue sentenciada Nilda Peña, esposa del prófugo Di Rosa. Para ella la fiscalía había requerido una condena de nueve años como coautora del delito de comercio de drogas, pero la mujer fue hallada culpable de la tenencia simple de estupefacientes. “No tenían nada contra mi cliente. Es más, pedimos que citaran a una testigo y ni la llamaron”, vociferó uno de los defensores de la mujer, el abogado porteño José Eduardo Novello.

   Otro que podía instalarse en el rubro de las sorpresas, en relación a la pena requerida por el fiscal Vásquez, fue Pablo Alejandro Pereyra a quien se le había pedido una condena de nueve años como coautor de tráfico de estupefacientes. Pero el tribunal lo absolvió de culpa y cargo amparándose en el beneficio de la duda.

   Otras dos personas fueron condenadas a un mes de prisión de cumplimiento condicional, y una serie de condicionamientos que incluye horas de trabajo comunitario, por tenencia de estupefacientes para consumo. Ahora habrá que aguardar hasta el lunes 22 de agosto a las 20, para conocer los fundamentos de estas condenas.

La jueza Cosidoy presidió el tribunal que condenó a nueve y siete años a vendedores de droga