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sábado,
13 de
octubre de
2007 |
Un viaje a lo profundo de la Argentina
Una mano curtida en una pose inequívoca tocando la guitarra es la portada de “Criollo”. El dibujo de Rodolfo Campodónico es la puerta de entrada de un disco que no se queda en la estética purista. La producción de su hijo, Yaco González, es clave para darle a este material una combinación exacta entre lo tradicional y lo moderno. Los climas son un hallazgo, ya que logran que temas tradicionales como “Fuego en Animaná” o “Los hermanos” suenen levemente distintos y atractivos. Otro mérito de este disco es la elección de los músicos. Las guitarras de Leonardo Sánchez, el acordeón de Raúl Barboza, la guitarra de Juan Falú, el piano de Oscar Alem y la percusión de Osvaldo Avena y Minino Garay elevan las interpretaciones. “Lamento del Indio Chaco” y “La silenciosa” son las dos únicas canciones de este disco en las cuales Jairo aparece como compositor.El disco se presenta como un trabajo conceptual, no es antojadizo que comience y termine con “Toque derecho”, un tema aborigen tradicional. En suma, es un viaje por la Argentina conducido por una voz precisa, sin estridencias, cálida y sutil, al mejor estilo Jairo.
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